Las redes sociales aparecieron en nuestras vidas cambiando con la libre circulación de la información, los paradigmas de las relaciones sociales y profesionales.
Se consolidaron como “los nuevos canales del nuevo marketing” y gracias a su naturaleza “económica y accesible” se transformaron en un ídolo para las empresas. Pero es importante entender que, el recurso más valioso para crecer como empresa, emprendedor, profesional y persona, en las redes sociales es nuestro talento, la capacidad para entregar respuestas y experiencias.
Hoy… cuando han pasado 10 años desde que Facebook cambió nuestras vidas, los profesionales del marketing y la prestación de servicios de calidad a clientes, sabemos y podemos afirmar sin temor a equivocarnos que las redes sociales si sirven para vender. Nadie está diciendo que sea fácil o sencillo, muy por el contrario es demandante, exigente y desgastante pero, en las redes sociales si se vende. Las empresas que quieran crecer deben ser competitivas, destacarse por su vertiente innovadora, entregar valor agregado, y DEBEN SI O SI tener presencia en las redes sociales, es ahí donde interactúan sus potenciales clientes.
Cada vez es más frecuente vincular la el branding, con la calidad de servicio. Las empresas enfrentan crisis de reputación, cuellos de botella en sus cadenas productivas y logísticas, pérdida constante de recursos por falta de eficiencia en los procesos, y es en ese momento donde se toma conciencia que, el milagro del crecimiento se gesta al interior de la empresa. ¡¡Las redes sociales no hacen milagros!!
Cuando nos reunamos con algún potencial cliente siempre es recomendable que quede clarísimo, que el éxito en las redes sociales se basa en entregar experiencias a nuestros clientes mientras -en paralelo y- a través de la innovación, el valor agregado y la competitividad de nuestros productos y servicios, aumentamos nuestras cifras de negocios.
Pero para lograr que esta formula resulte eficiente, e indispensable que:
Sin un equipo de trabajo liderado desde la vocación por las personas, la identificación de los talentos y el total conocimiento de las necesidades de la empresa, no se permite que la información circule libremente y por lo tanto, se cierran las puertas a la resolución de los obstáculos que impiden cumplir con aquello que prometemos a nuestros dientes.
Sin lineamientos claros en términos de objetivos a corto, medio y largo plazo, no hay claridad y por lo tanto, el foco… no es el cliente.
La calidad de servicio comienza al interior de la empresa…
Son desafíos inexorables para la empresa hoy.
Si no comunicamos eficazmente. Si no somos constantes y perseverantes en la consecución de los objetivos Si no nos preocupamos de escuchar y entender que los equipos de trabajo se conforman para sumar talentos y poder entregar experiencias a nuestros clientes. Es con la ayuda de nuestros clientes que logramos nuestro crecimiento desde de la marca a la que pertenecemos.
Ninguna estrategia de marketing podrá ocultar una empresa sin orden, estructura, metodología y planificación, nuestros clientes se desilusionarán y sentirán que, quizá, para la próxima… probarán con nuestra competencia.
Es más sencillo de lo que parece brindar un servicio de calidad a nuestros clientes, únicamente hay que “aceptar” que salir de la zona de confort y vencer la resistencia al cambio… es un esfuerzo, pero, en el marketing y en la vida…
…¿Qué objetivo real se consigue sin esfuerzo y cambio?
Hay que hacer bien las cosas!!