¿Qué es lo que hace que un contenido sea viral? ¿Y por qué no todos los contenidos que lo intentan consiguen hacerse igual de populares? Lo viral es la característica máxima que todo contenido, especialmente cuando es una empresa quien lo está creando y quien lo lanza al mundo, desea alcanzar. Un contenido viral consigue llegar a todas partes, es consumido de forma masiva y alcanza unas cuotas de compromiso e interacción por parte de los internautas que pocos (realmente muy pocos) contenidos alcanzan.
Los virales, y por ende los memes, se han convertido en el nuevo Santo Grial de las marcas, lo que todas buscan de forma desesperada, aunque hacer un viral no es sencillo. Pensar en la audiencia, salir de la zona de confort y sorprender al internauta son algunas de las razones que hacen que los contenidos se conviertan en virales, pero el elemento clave está en las emociones. Todos los contenidos que han conseguido triunfar en la red de forma masiva tocaban algún punto emocional: es decir, llegaban a algún punto dentro del internauta, apelaban a la parte no racional de su consumo de contenidos.
Las emociones son por tanto las reinas de todo lo viral, pero la gran cuestión es saber cuáles son las emociones que hacen que los contenidos se conviertan en virales. No todos los sentimientos y todas las sensaciones son la llave para hacer que un contenido asalte la red y se convierta en su estrella. Un estudio de Fractl, una agencia digital especializada en contenido "alimentado por emocional data", acaba de echar un poco más de luz sobre la materia.
Para el estudio emplearon casos de virales contrastados. En lugar de crear de la nada un contenido con potencial de viral, cogieron 100 imágenes que habían conseguido convertirse ya en virales. Se quedaron solo con las imágenes porque los sentimientos que generan, explican, son más fáciles de gestionar. La lectura de las mismas es más rápida y clara y funciona a menos niveles que, por ejemplo, un vídeo. Una vez seleccionado el material, escogieron una muestra usando la herramienta de trabajo en remoto de Amazon. Ellos fueron los participantes en la encuesta.
El reinado de lo positivo
La primera conclusión que alcanzaron es que las imágenes positivas son las que más triunfan. Si se comparan las imágenes con connotaciones de emociones positivas con las que generan emociones negativas, se descubre que las primeras son mucho más habituales (y sobre todo están presentes en los contenidos que han sido altamente virales) que las segundas.
El estudio destaca, sin embargo, que triunfar en lo viral apelando a las emociones negativas también es posible, aunque sea menos habitual. En ese caso, las emociones negativas deben estar ligadas a la evocación de la anticipación y la sorpresa.
Estas son las emociones más importantes
Los virales generan ciertas emociones que se repiten de forma habitual entre los contenidos que han tenido más éxito y que permiten crear una especie de retrato robot de las emociones más importantes a la hora de crear contenidos virales.
Las ganadoras son las que entran dentro de los tipos de emociones ligados a la sorpresa y la anticipación, que son las que cuentan con más representantes entre los virales más populares. Según explican desde Fractl, este tipo de emociones están "abrumadoramente representadas". La curiosidad, el asombro, el interés, la gran sorpresa y la incertidumbre son algunas de las emociones que se repiten entre los virales que han tenido más éxito.
Pero, en líneas generales, diez son las emociones sobre las que pivotan los virales que más triunfan. Diversión, interés, sorpresa, alegría, deleite, placer, alegría, esperanza, cariño y emoción son las diez emociones clave en los contenidos virales y las más populares. Frente a estas emociones se sitúan el enfado, la mala educación la frustración, la duda, el bochorno, la desesperación, el daño, la culpa, el desprecio o la vergüenza, que son las menos identificadas al ver las imágenes virales.
Se comparte lo que se admira
El estudio también ha desvelado un dato ligeramente sorprendente, especialmente teniendo en cuenta que da la impresión de que - en realidad - las cosas que la gente comparte en internet son vídeos de gatitos o imágenes de personas que han hecho algo de forma errónea. Los datos demuestran algo bastante diferente: la admiración es una de las emociones que generan de forma muy común los contenidos que se comparten de forma más masiva.