Por Redacción - 26 Noviembre 2015
Es un hecho que toda marca tiene ya muy claro que las imágenes y los contenidos audiovisuales funcionan espectacularmente bien cuando se trata de llegar a los consumidores en redes sociales. Los usuarios de las diferentes redes sociales responden muy bien a estos contenidos y estos logran por tanto elevadas cifras de engagement que otros contenidos no consiguen. Y esto hace que las marcas se vuelvan como locas para ofrecer estos contenidos a sus consumidores y para lograr por tanto que respondan ante ellos.
Por ello, las fotos, los vídeos y hasta los emoticonos se están convirtiendo en una constante en las comunicaciones diarias y se están convirtiendo en un elemento constante que las marcas emplean. El éxito de las imágenes está en que permiten transmitir ideas de una forma mucho más rápida y más directa lo que las está llevando, como apuntan en el último estudio de Mintel sobre la materia, a reemplazar de forma cada vez más rápida al texto.
El cambio se está produciendo además mucho más rápido en algunos nichos de mercado concretos, que emplean cada vez más estas herramientas para llegar a sus consumidores. Los millennials son quienes más emplean emoticonos, gifs, vídeos y fotos para comunicarse con sus conocidos, lo que explica también el éxito de las redes sociales que se centran en elementos de este terreno.
Por ello, las marcas están incorporándolos cada vez más en sus conversaciones y por ello los consumidores les están respondiendo cada vez más con estos elementos. Según las cifras de Mintel (que parten de una muestra estadounidense), el 79% de los usuarios interactúa con las marcas en redes sociales al menos una vez al mes. Y si los consumidores hablan con las marcas lo harán con el mismo lenguaje que emplean en ese entorno para hablar con mucha más gente. El lenguaje de las redes sociales es eminentemente visual.
Las marcas lo permiten e incluso lo incentivan. Emplear el mismo lenguaje que sus consumidores les ayuda a demostrar que saben qué se cuece en redes sociales y también les ayuda a conseguir ciertas retribuciones en cuestiones de imagen de marca y emociones asociadas a la misma. Las imágenes ayudan a que los usuarios reconozcan más a la marca, que la sientan más próxima, y también a que se identifiquen con ella.
Lo que las marcas están haciendo
Y esta relación causa efecto es la que explica lo que están haciendo muchas compañías en redes sociales. Varias son las campañas que han incentivado que los consumidores compartan sus propias fotos en redes sociales asociadas a la marca en cuestión, como sucede por ejemplo en esas campañas que invitan al consumidor a hacerse una foto en una tienda o a compartir una foto consumiendo un producto concreto.
Esos contenidos funcionan muy bien, señalan en el estudio, para aumentar el engagement, para hacer que la marca sea mucho más visible y para lograr que los mensajes clave que quieren transmitir se vean reforzados. El análisis de algunas campañas recientes de este estilo señala que pueden aumentar el engagement de forma notable, haciendo que el 82% de los consumidores que emplean las redes sociales se comprometan con la marca.
Las marcas están aprendiendo por tanto la lección. Las imágenes no son solo una herramienta curiosa y divertida, no son solo una fórmula de subir contenidos con cierto encanto, sino que son también una llave para lograr conectar con la audiencia de un modo que pocas veces consiguen. En un mercado en el que el engagement se ha convertido en una de las mediciones más importantes y en una sin embargo que a las empresas les cuesta más y más conseguir, los contenidos visuales se han destapado como la gran esperanza para las marcas para conectar con sus no siempre fácilmente conectables consumidores.
Las imágenes dan reconocimiento de marca, ayudan a dar visibilidad a la misma y hacen que el mensaje tenga un alcance muy superior al que tenía en origen. El futuro estará, por tanto, lleno de estos mensajes.