
Por Redacción - 14 Julio 2016
Una de las quejas de los medios de comunicación tradicionales contra alguno de los formatos emergentes en internet es que estos no tienen que respetar muchas de las normativas que ellos sí tienen que cumplir. Esta era, de hecho, una de las quejas que arrancó YouTube Kids en su primer momento. YouTube Kids tenía demasiados anuncios y anuncios que nunca habrían pasado el filtro en televisión, donde les hubiesen obligado a cambiar de horario y de contenido por su contenido o por el tipo de producto que estaban anunciando.
A eso se sumaba que las marcas parecían tener barra libre a la hora de crear contenidos publicitarios porque, a los anuncios de siempre, se sumaba marketing de contenidos que no se vendía realmente como publicidad. "Este es el más hipercomercializado medio para niños que he visto jamás", explicaba entonces Dale Kunkel, un profesor de la Universidad de Arizona que había ayudado a crear el borrador de la queja ante la FTC que el servicio consiguió no bien fue lanzado al mercado. "Los niños no entienden el propósito de persuasión de los anuncios", añadía.
Pero ese es solo un ejemplo. Lo cierto es que internet y especialmente los nuevos jugadores que están emergiendo en las redes sociales han protagonizado muchas más quejas y muchas más posiciones complejas que han arrastrado ya críticas o que deberían arrastrarlas, ya que en ellas no es fácil ver claramente dónde está la frontera entre lo que es publicidad y lo que no lo es. Al fin y al cabo, no hay más que mirar lo que está ocurriendo con algunos perfiles en redes sociales, en los que no paran de aparecer productos y menciones a marcas. ¿Son estas menciones y estos productos siempre elementos que aparecen de forma orgánica o son en realidad anuncios que nadie se está molestando en señalar que lo son? ¿Están los influencers siendo motivados a hablar de ciertas marcas sin que nadie esté dejando claro que todo ello es publicidad?
Una investigación de la FTC, el equivalente a la antigua CMT española en Estados Unidos, así podría haberlo ya demostrado. Según ha demostrado una investigación, Warner Brothers ha pagado cantidades elevadas de dinero a ciertos usuarios populares de YouTube para que hablasen de estos productos sin que, sin embargo, se dejase claro en esos contenidos que se estos eran publicidad. La estrategia de la compañía era la de pedir que esos mensajes que indicaban el cariz publicitario estuviesen ocultos en, por así decirlo, la letra pequeña para que no fuese visible a primera vista.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

