Por Redacción - 9 Febrero 2017
El marketing con influencers se ha puesto poderosamente de moda en los últimos tiempos. Los medios se han llenado de análisis, los expertos se han centrado una y otra vez en señalar por qué es tan relevante este elemento y los responsables de las empresas se han volcado en emplear a los influencers de forma reiterativa en sus diferentes estrategias, ya que los han convertido en una especie de elemento clave y decisivo para su futuro.
El interés por los influencers viene marcado por los propios cambios de costumbres de los consumidores, que han empezado a valorar cada vez más las opiniones de los expertos y cada vez menos los mensajes tradicionales de las marcas. Además, a esto hay que sumar que los famosos y las celebridades tradicionales, esas que las marcas empleaban de forma recurrente para conectar con sus potenciales consumidores, son cada vez menos relevantes y sus mensajes empiezan a perder cada vez más peso. Siguen siendo embajadores usados por las marcas, pero los consumidores se creen cada vez menos lo que están diciendo.
Y, por tanto, los influencers de las redes sociales se han convertido en el arma perfecta que las marcas tienen que emplear para conectar con esos cada vez más esquivos consumidores. En un primer momento, las marcas no solo no tenían nada claro cómo emplear a los influencers y cómo integrarlos en su estrategia, sino que además no conseguían comprender que, como ocurre con todo lo que se convierte en publicidad, tenían que partir de los mismos principios que usaban en otras cuestiones. Es decir, tenían que pagar para lograr que los influencers hablasen de ellos. Ahora, ese punto parece mucho más superado, aunque las marcas tienen que enfrentarse a otros problemas y tienen que solventar otras cuestiones.
De hecho, el marketing con influencers está muy lejos de estar ya en una fase de madurez y está más bien en una fase de experimentación. Como concluyen en un estudio elaborado por Altimeter, Traackr y TopRank Marketing y tal y como recoge MarketingProfs, los marketeros están todavía en una fase de experimentación en lo que a marketing con influencers se refiere.
La conclusión se sostiene con los datos
Según ellos mismos aseguran, un 43% de los marketeros apunta que su marca está todavía experimentando con lo que puede dar de sí el marketing con influencers y un 28% señala que están usando a los influencers en campañas individuales (es decir, más que una constante, el influencer es alguien a quien se echa mano en un momento concreto, lo que deja claro que aún queda mucho por hacer para integrarlos en la estrategia general de marketing).
De hecho, solo un 24% de los encuestados asegura que cuenta con un programa de influencers en marcha y solo un 5% que los ha integrado en todas sus acciones de marketing.
Aunque las marcas aún tienen mucho camino por recorrer y mucho que hacer a la hora de sacarle el mayor partido a sus influencers, sí parecen tener más o menos claro qué quieren de ellos y cómo los podrán emplear. Las marcas son capaces ya de perfilar una lista clara de objetivos que quieren lograr cuando echan mano de sus influencers.
El primer objetivo a conseguir y el favorito de las marcas es, claramente, el de mejorar el posicionamiento de marca. Para un 94%, los influencers ayudan a mejorar la "advocacy" de la marca en la red. Un 92% considera que ayuda a mejorar el reconocimiento de marca y un 88% que permite llegar a nuevos segmentos de la audiencia. Un 86% cree que ayudan a aumentar el porcentaje que la marca se lleva de las conversaciones y un 68% a gestionar la reputación de la marca.
A esto se suma el poder que el influencer tiene en elementos concretos de la propia dinámica comercial. Un 74% considera que ayuda a mejorar las conversiones y por tanto impacta en las ventas, un 67% que ayuda a aumentar los leads y un 64% que potencia la aceleración de la conversión digital.
Los influencers también impactan en la relación con consumidores y con empleados. Un 63% cree que aumentan la satisfacción de los consumidores con la marca y un 53% que mejoran la influencia lograda por los trabajadores de la misma.