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Por Redacción - 26 Junio 2017
Sorprende todavía, cuando se busca en internet a una marca, una empresa o al último restaurante del barrio al que has ido a comer, no encontrar una presencia propia. Siguen existiendo quienes no cuentan con una web propia, algo que aunque no es una buena táctica se puede comprender cuando se trata de empresas pequeñas. Y siguen existiendo también quienes no tienen presencia en redes sociales, algo mucho más difícil de entender porque al fin y al cabo uno no tiene que hacer una inversión tan elevada como la que requiere crear una web. Pero lo más inquietante - y lo más sorprendente - es cuando se pregunta a los responsables de las empresas afectadas y se descubre que ese silencio online es "cosa del jefe".
A pesar de todos los artículos, todos los análisis y todos los casos de éxito publicados sobre el tema y a pesar que parece que todo el mundo y su vecino están ya presentes en redes sociales, lo cierto es que siguen existiendo quienes siguen sin dar importancia a las redes sociales y siguen sin ver que su empresa tiene que estar presente en ellas. Quienes trabajan para esos responsables se sienten muy frustrados y asumen que están perdiendo una oportunidad de oro para llegar a los consumidores.
¿Cómo convencer a uno de estos jefes anticuados de que las redes sociales son un escenario en el que hay que estar? La gesta (pues gesta será) no será fácil, pero hay unos cuantos argumentos que pueden ayudar a lograrlo.
Uno de los errores que comenten estos directivos es pensar que las redes sociales son algo que solamente interesa a los consumidores más jóvenes y que por tanto solo les permitirá llegar a unos cuantos adolescentes. Una de las maneras más fáciles de sacarlos de su error es invitarlos a que se abran perfiles en redes sociales y que vean lo que está ocurriendo ahí. Las redes sociales no son cosa de adolescentes únicamente, sino más bien una nueva forma de comunicarse que ha alcanzado a todas las generaciones. Se puede echar mano de las estadísticas y de los datos de las firmas de análisis para darles el empujón final. Las tasas de uso de las redes sociales no paran de crecer y las audiencias de algunas de ellas son masivas. ¿Acaso cree el jefe anticuado que aparecer en la tele es una soberana tontería? Las redes sociales llegan a mucha más gente…
Otro de los clichés que este tipo de directivos han asumido sobre las redes sociales es que estas son simple y llanamente un espacio en el que la gente comparte contenidos graciosos y, al final, tonterías. Ese es también el error que comenten algunos responsables de empresa que se lanzan a gestionar ellos mismos sus redes sociales y que tienen unos conocimientos más bien limitados de lo que pueden hacer con sus perfiles, confundiendo la experiencia de compartir contenidos en sus propios perfiles a la de gestionar los de una marca o una empresa.
Las redes sociales son un escenario más distendido y más amistoso, lo que hace que las empresas publiquen contenidos mucho menos serios y corporativos y mucho más cercanos. Y sí, se pueden publicar imágenes graciosas, vídeos de gatitos y gifs, pero eso no tiene que ser la esencia de la comunicación de la marca o de la compañía. Cada una de ellas tiene que descubrir qué es lo que encaja con lo que buscan y esperan compartir con sus audiencias y qué es lo que mejor definirá su perfil. No necesariamente tienen que ser contenidos intrascendentes.
Las redes sociales son para todo el mundo. Puede que no todas las redes te sirvan y puede que no todas encajen con lo que tu empresa hace y con lo que quiere trasmitir, incluso que puede que en no todas ellas esté presente tu público. No pasa nada: no hay que confundir la parte con el todo. Averigua qué redes sociales son las más adecuadas para tu empresa y úsalas. Pero recuerda: siempre habrá una red social para ti.
Además, los consumidores esperan que las marcas y las empresas tengan una presencia online y sobre todo una presencia en redes sociales. ¿Quién no ha entrado alguna vez en Facebook buscando el menú del restaurante al que pensaba ir para compararlo con otro que también tenía potencial? ¿Quién no ha buscado en el perfil de una tienda su horario antes de acercarse? Son comportamientos que hemos interiorizado y que hemos asumido. Para los consumidores las redes sociales son una fuente de información sobre marcas y empresas y una a la que esperan poder echar mano.
A eso se suma que la no presencia online se ve como algo raro, algo que despierta desconfianza. Una empresa que no tenga presencia en la red, si no se conoce previamente, se ve como ligeramente sospechosa.
Las redes sociales abren una nueva vía para llegar a nuevos potenciales consumidores, porque al fin y al cabo ahí están. Las redes sociales son un escenario lleno de potenciales compradores a los que se les pueden presentar productos y servicios. Lo están además en el momento en el que empiezan a consumir, en el que buscan información sobre lo que quieren comprar, lo que mete a la empresa en un momento decisivo del proceso de compra.
Las redes sociales no son gratis. Puede parecer a primera vista, pero no lo son. Hay que pagar a alguien que genere esos contenidos que se suben a la red y que gestione todo lo que está ocurriendo en ellas. Y, por supuesto, hay que invertir en campañas en las diferentes redes sociales: es inevitable. Si se quiere conseguir fans, hay que pagar publicidad para que el mensaje llegue hasta ellos. El alcance orgánico en muchas redes sociales ha caído progresivamente en los últimos tiempos y pagar se ha convertido en una suerte de obligación. Pero a pesar de ello las redes sociales seguirán mereciendo la pena, ya que continuarán presentando un retorno. Seguirán llevando a la empresa un paso más allá.
Y, finalmente, está el argumento clave para convencer a un jefe anticuado. Puede que le parezcan más o menos relevantes las redes sociales, pero no podrá evitar entrar en ellas porque sus competidores ya están presentes.
