
Por Redacción - 6 Noviembre 2017
En el mundo de las tendencias, el estar en la cresta de la ola tiene asociado una cierta condición de elemento efímero. Al fin y al cabo, así es como funcionan estas cuestiones: lo que lo hace tendencia es que todo el mundo esté hablando de una cosa y queriendo esa cosa en concreto, pero lo que hará que deje de ser tendencia será al final la irrupción de la próxima tendencia del momento. Es lo que ocurre con el producto de la temporada de la marca de moda (y con al final sus productos en general: nada está más ligado a estos vaivenes que la industria de la moda…) pero lo que pasa también con todas muchas otras cosas. Y, en ese espacio de tendencias y cambios, también está muy presente la industria del marketing: en el marketing también hay modas, burbujas y cosas que un día iban a salvar a las marcas que las hacen y que al día siguiente ya no triunfan en absoluto.
Facebook es, por supuesto, uno de esos espacios en los que las modas y las tendencias marcan la agenda. El hecho de que la red social esté cambiando de forma recurrente las reglas del juego no ha hecho más que impulsar la búsqueda constante de lo que funcionará en ese momento y lo que llevará a que su algoritmo premie a los contenidos en cuestión. Sumado a la propia naturaleza por así decirlo efímera de los contenidos publicados (se vive en una cierta esclavitud del tiempo real y de lo que pasa en ese momento, de lo que interesa en el ahora), se puede comprender mejor por qué en Facebook es tan importante saber lo que está de moda.
Y lo que está de moda en los últimos años son los vídeos. Los vídeos se han convertido en uno de los grandes elementos a los que echan mano las marcas y las empresas para conectar con sus audiencias. El algoritmo de Facebook los premia y los receptores parecen estar conectando con ellos de un modo muy positivo. Los vídeos gustan.
En medio de todos esos vídeos, los vídeos de recetas se han convertido en unos de los que suelen protagonizar casos de éxito y de los que, en resumen, están de moda. Su boom está muy ligado a varios elementos. Por una parte, se podría decir que son parte del zeitgeist, por así decirlo. Si algo ha marcado este arranque del siglo XXI ha sido el interés abrumador por la cocina. Cocinar se ha puesto de moda, como bien demuestran el boom de libros, medios y programas especializados sobre el tema que han aparecido en todas partes.
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