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Por Redacción - 13 Noviembre 2017
Cuando se analiza cómo triunfar en las redes sociales y cómo hacer que los mensajes que se publican lleguen a los consumidores, se suelen de forma recurrente analizar ciertos elementos por encima de los demás. Esto es, hay ciertas cuestiones que se repiten de forma recurrente en los análisis y a las que se les da el mayor peso y la mayor importancia, por razones que muchas veces parecen evidentes.
Así, por un lado, está la cuestión de los algoritmos. Los algoritmos son quienes organizan y ordenan la presencia de los contenidos en el feed general que recibe el consumidor, por lo que se han convertido en la principal obsesión de las compañías y, sobre todo, de sus responsables de redes sociales. Estos intentan comprender qué es lo que quieren los algoritmos en cuestión y, sobre todo, cómo pueden ofrecerles la información que les interesa y que posicionan de forma destacada. No es el único elemento destacado que protagoniza sus análisis y que encabeza la lista de sus preocupaciones. También está ahí, por ejemplo, la relación con los influencers, una de las cuestiones que se ha puesto de moda en los últimos tiempos. Y la lista podría continuar con muchos más elementos.
Pero lo que no se suele posicionar de forma destacada es el lenguaje, aunque el lenguaje es crucial en un entorno en el que lo que se está haciendo es decir cosas. En las redes sociales, se usa de forma recurrente y destacada la lengua, por lo que sorprende que la lengua no protagonice más análisis en profundidad.
De hecho, como acaba de demostrar un estudio realizado por expertos de varias universidades y que se ha centrado en lo que ha ocurrido con 235 campañas de 110 marcas publicadas en Facebook e Instagram en EEUU, Reino Unido y Canadá, la lengua es un elemento determinante.
La publicidad en redes sociales puede llegar a ser muy efectiva y a tener un impacto muy elevado, pero solo si es una de esas campañas que entran dentro de los parámetros de las mejores. Y ¿qué tiene las mejores campañas? Estas comunican con los receptores en, según los responsables del estudio, una manera personal y humana.
Las conclusiones del estudio
El análisis demostró que no se pueden establecer vínculos entre el éxito o el fracaso de una campaña y elementos como la industria, la geografía, el formato del anuncio o el número de creatividades empleadas, pero sí que se puede establecer una relación entre éxito y lenguaje. Si se usa bien la lengua, del modo que más conecta con los consumidores, las probabilidades de triunfar son mucho mayores que si no se logra emplearlo de ese modo.
¿Cuál es el lenguaje del éxito? La clave está en cómo se construye el mensaje. Según los resultados del estudio, aquellas marcas que emplean un lenguaje más humano y que por tanto usan un lenguaje que apela a las emociones son las que tienen mejores resultados. Hay que evitar por tanto las palabras y las frases funcionales. El lenguaje más humano y con más emoción tiene mejores resultados tanto en reconocimiento de marca, de producto y del anuncio.
Este estudio se completó con un análisis de anuncios tanto de escritorio como de móvil lanzados al mercado de forma global en los últimos siete años (se analizaron 8.800 campañas). Este análisis también señaló que lo importante no es tanto la vía sino el contenido. Los que lograban mayor reconocimiento de marca eran también los que usaban mejor el lenguaje.
