Por Redacción - 17 Septiembre 2021
Hace un par de años, leyendo una revista de la llamada prensa rosa, aparecía en una de sus páginas de sociedad una joven un tanto desconocida a la que tenían que presentar. El breve texto de introducción dejaba claro que aquella joven hacía algo en la vida: era influencer.
La revista en cuestión era una con un público más bien de baby boomers, por lo que la presencia del término resultaba especialmente interesante. Ser influencer se había convertido ya en algo que todo el mundo sabía qué era. Se había hecho mainstream.
Cuando hace mucho más de un par de años internet estaba acogiendo la aparición de sus primeros perfiles populares y cuando los millennials estaban empezando a convertirse en profesionales de la red, pasó algo similar con blogger.
En un primer momento, quienes se presentaban como blogueros y se ganaban la vida como creadores de contenidos eran unos pocos, que parecían la avanzadilla cool de la emergente internet. Luego, a medida que la cuestión se hacía más popular, los blogueros se multiplicaron y todo el mundo parecía estarse presentando como tal. La gente cool de ese primer momento empezó a ser otra cosa.
Lo mismo podría estar pasando ahora con los influencers. Como señalan en un análisis de AdAge, la gente más destacada ha empezado a presentarse como creadores y a separarse de los influencers.
Como le explica una de esas creadoras al medio estadounidense, los influencers "tienen una mala connotación desde 2012, cuando la gente ha estado promoviendo todo tipo de productos en los que no creen". Un creador no es eso, prometen o asegura la industria. Un creador es todavía alguien que cree en lo que publica y que no sube contenidos por subir, sino porque representan algo para ellos.
Básicamente, se podría resumir, un creador es justamente lo que las marcas desean de los influencers y lo que los internautas quieren. Los usuarios de redes sociales buscan autenticidad y contenidos creativos, que no sean como los de los demás.
Un creador, se podría decir, no sube simplemente fotos cuidadas, sino que tiene detrás toda una suerte de filosofía artística.
Desde la propia industria marketera del social media marketing, también empiezan a hacer la diferencia. Como explica un directivo a AdAge, "los creadores son gente que pone el arte de la creación por delante y luego lo comparte con sus comunidades". La idea que se está asentando es la de que el influencers "solo quiere ser rico y famoso". El creador quiere lanzar algo diferente.
La industria no va a abandonar a esos influencers que aspiran a la fama, pero sí tener en cuenta cada perfil para sus campañas. Esto es, la dicotomía influencer vs creador permite encajar cada acción de marca de forma distinta. Para algunas cosas funcionará mejor uno, para otras otro.
Tienen, eso sí, que cambiar sus percepciones en audiencia y éxito. Un influencer tiene audiencias masivas, un creador otras más reducidas pero una relación más estrecha con su audiencia.
Los creadores, además, suelen ser más caros, porque no solo hay que pagar el impacto en la red sino también todo el trabajo creativo que realizan.