Por Redacción - 21 Septiembre 2020
Bolígrafos, llaves USB, alfombrillas para ratón... Todos tenemos por casa algún tipo de producto brandeado con el logo y la imagen corporativa de la empresa que nos lo regaló. Los regalos de marca han sido tradicionalmente una de las vías más rápidas para dar a conocer a la compañía, para conectar con los consumidores y para mejorar el recuerdo de marca. En el caso de las marcas B2B, los regalos de marca se han asentado también como la vía eficiente para llamar la atención frente a la competencia y para asegurarte de que el comprador te recordará llegado el momento oportuno. Cualquiera que haya paseado por una feria profesional lo tiene claro y lo ha vivido.
Pero ¿qué ocurre en los tiempos del coronavirus? En este momento de distancia social, en el que las ferias presenciales ya no se celebran o lo hacen a medio gas y en el que hay que reducir el contacto físico entre personas, el merchandising y los productos de marca también han tenido que reinventarse. Puede que el contexto haya cambiado y que algunos de los regalos de siempre hayan tenido que tomarse un descanso, pero el regalo publicitario sigue siendo importante.
Organizar una buena campaña de regalos -tanto si se quiere llegar al mercado de consumo como al B2B- es todavía una buena idea para hacer branding y para aumentar la visibilidad de la marca. Las compañías deben ajustar qué regalan y cómo al momento en el que nos encontramos. La crisis del coronavirus ha cambiado muchas de las prácticas sociales en las que los regalos de marca brillaban, pero también han creado nuevas oportunidades potenciales para los regalos publicitarios.
Ante la situación actual y el cambio de rumbo dentro del mercado hemos preguntado a Diederik de Koning, CEO de Gift Campaign y cuya empresa está dedicada a los regalos publicitarios, acerca de las salidas están siendo las claves para adaptarse a este contexto excepcional. Nos comentan: "No solo hemos incorporado todo tipo de productos destinados a salud y protección como las mascarillas, geles, mamparas o kits anticontagio para poder contar con productos personalizados en este ámbito, sino que hemos incorporado una línea de artículos para que las empresas ayuden a los teletrabajadores, pudiendo enviarlos como paquetes individuales e incluyendo opciones como botellas reutilizables, tapas para webcam, auriculares, tazas o pelotas antiestrés".
De este modo, los regalos publicitarios se integran en la vida del consumidor y se posicionan como un elemento de valor añadido. Tiene lógica. Los ciudadanos la necesitan y han empezado incluso a comprarlas partiendo de su diseño. Convertirlas en producto de marca permite ofrecer algo que el usuario quiere y que acabará usando. De hecho, algunos especialistas en regalos corporativos ya apuntaban a principios de verano que la mascarilla se estaba convirtiendo en la reina del regalo de marca.
Si el chaleco había sido el regalo publicitario estrella de las compañías tecnológicas, explicaba a la prensa estadounidense la directora del Fashion Law Insitute, Susan Scafici, ahora esa posición iba a ocuparla la mascarilla higiénica de marca. Algunas multinacionales habían, incluso, preparado kits de regalos publicitarios temáticos para el mundo post covid-19 para la vuelta a la oficina. Sus empleados habían recibido mascarillas, botes de gel o "llaves mágicas" (que permiten abrir la puerta sin contacto) en la vuelta al trabajo.
Son el tipo de productos necesarios para la nueva normalidad, lo que asegura que se emplearán y que se conseguirá una suerte de impacto de marca continuo.
El poder de los regalos publicitarios no se limita únicamente a ese terreno. Además, son un poderoso elemento para cubrir los vacíos que han dejado acciones de marketing y branding que no pueden celebrarse por el contexto en el que nos encontramos, como es el caso de las ferias y de otras acciones face-to-face. Las marcas siguen necesitando potenciar su identidad de marca y conectar con esos consumidores, pero deben hacerlo invadiendo espacios en los que habitualmente no están presentes.
Los regalos publicitarios llegan así a las casas de los consumidores o se convierten en un añadido para reforzar la experiencia cuando el usuario se aventura al contacto físico (por ejemplo, como un extra en una visita a tienda o a las oficinas de la compañía). Igualmente, añaden una conexión emocional que otras acciones de marketing y de publicidad no logran. Sirven para recordar al consumidor que la marca está viviendo con ellos este momento y qué comprende lo que necesita en el mundo del coronavirus.
Y para las empresas, gestionar este proceso y adquirir sus regalos publicitarios no supone mucha complicación. Todo se puede hacer a través de internet en cómodos pasos, algo poco sorprendente porque el e-commerce será clave para la inversión publicitaria.