Si el cliente, consumidor o ciudadano es quien asigna valor a una marca, entonces, ¿el marketing que carajo hace? La persona va formando su producto o servicio ideal en base a sus percepciones de los estímulos acerca de la promesa de las marcas (branding), experiencias anteriores, sus necesidades y recomendaciones de usuarios clientes o consumidores.
De todos los posicionamientos de marca, entre tres a cuatro marcas promedio por género de producto o servicio, decide en base atributos percibidos y valorados, que constituyen beneficios y ventajas competitivas de una marca, tanto para productos o servicios, porque el beneficio de un producto siempre es un servicio. Dicho en otras palabras, compara el valor esperado con la promesa de valor de cada marca, sin embargo el momento de la verdad es cuando lo experimenta realmente y determina su grado de satisfacción.
Los niveles de satisfacción son: básico, esperado, deseado y no previsto. El nivel básico lo tienen todos los posicionamientos, digamos que es condición mínima para estar en el mercado. El nivel esperado surge de preguntar a las personas "¿qué es lo que necesitan?" y los demás niveles de dar respuesta a “¿qué es lo que desean y aspiran?” en base a tendencias del mercado, creatividad e innovación.
¿Qué nivel de satisfacción nos proporciona fidelidad? Aunque las personas cambien, ¿de que forma nos aseguramos un mayor porcentaje de fidelidad?
Los requisitos de los clientes o consumidores están comprendidos entre niveles básico y esperado, brindando atributos de estos niveles ¿nos conformaremos con una leve sonrisa de ellos?
Con el riesgo que supone que nuestra competencia ofrezca niveles deseado y no previsto en base a sus expectativas emocionales y espirituales, logrando ganarse el corazón y el alma de la recomendación de las personas a través de las redes sociales, usted, ¿qué nivel ofrece?
Gracias a la tecnología, actualmente los productos son muy similares, los servicios están muy estandarizados y muchos de ellos tienden a ser a medida por su grado de personalización. Sin embargo, entendemos que la diferencia radica en la calidad de las personas que aman lo que realizan, ponen el alma al servicio de las personas. Realmente, ¡hacen la diferencia!!