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Si alguno de nosotros piensa que lo que construimos en redes sociales es sólo visibilidad, está muy equivocado. Asistimos a un momento en el que todos hemos identificado qué es lo que podemos entregar y estamos en vías de identificar a quien le interesa.
Y, aunque existen algunas corrientes de opinión que se afanan por mantener las diferencias, ¿qué es sino el branding lo que nos entrega influencia, reputación, visibilidad, presencia social?
Pero el branding es mucho más que una tarjeta de presentación, es mucho más que un curriculum y obviamente, mucho más que un elevado nivel de influencia. Según su definición primigenia, se definen como branding el conjunto de acciones de marketing tendentes a lograr la construcción de una marca.
Es por ello que no podemos focalizarnos únicamente en cuán influyentes somos, cuanto tráfico tiene nuestro sitio o cuántos miembros se han unido a nuestras comunidades. Sino más bien, lograr el equilibrio en nuestras acciones de marketing sabiendo que “multicanal y multipresencia”, son los ejes esenciales para la construcción de cualquier marca.
Identificar las tendencias y… los dispositivos.
No es un tema menor que nos movemos en el terreno sensible de los aprendizajes. El proceso de formación permanente se ha incluido en nuestras vidas y hoy, de forma transversal y sin filtros, todos los que interactuamos en red aprendemos de forma simultánea como parte de nuestro aporte a la calidad.
Más allá de los ordenadores, más allá de los smart phones y las tablets, se impone la cultura digital que busca conformar un universo de usuarios capaces de identificar una comunidad a la que pertenecer. A mayor conocimiento de las tendencias, los dispositivos y las aplicaciones, mejor elección de nuestras estrategias, lo que marca la diferencia competitiva.
Contenido, contenido, contenido
El modelo productivo impuesto por la red en el momento actual es una gran oportunidad para la democratización de las profesiones. Gracias a la facilidad para acceder, la creatividad tiene vía libre por la que transitar. Hoy, la selección del personal se realiza en base a su influencia online.
Redactar contenidos de alto impacto es ciertamente un desafío. Si buscamos consolidar un buen branding, deberá lograr lo que comienza a denominarse como creatividad planificada, estableciendo un enlace entre la emocionalidad, el funcionamiento de la red y lo que es aún más importante, el cambio total de paradigmas asociados a la forma de hacer negocios.
Una historia que resulte coherente, se segmenta y distribuye en un universo multicanal, lo que permite una experiencia más profunda entre el consumidor y las marcas. Necesitamos contenido, cada vez más original y comprometido.
Los clientes están en las redes, identificarlos es el objetivo
La tecnología es sólo un elemento facilitador de la interacción entre personas, ello deriva en el desarrollo de la capacidad de análisis y la inclusión de la psicología, que nos ayuda a identificar qué hace la gente en las redes y por qué interactúan. Lo que constituye el mejor camino para identificar a nuestro público objetivo.
Las preguntas correctas, las respuestas en los datos
Si existe una verdad acerca de la omnipresencia de los medios digitales en nuestras vidas es que, derivado de nuestra interacción se están generando cantidades masivas de datos. Sin embargo, muy pocas personas saben leerlos adecuadamente.
Las marcas que buscan consolidar su branding deben acortar al máximo la brecha digital y la estadística es una de las áreas más sensibles y determinantes, de ellas depende la extracción de conclusiones fundamentales que nos permiten realizarnos las preguntas correctas. El análisis de los datos es esencial para un buen branding.
Necesitamos líderes, creadores de marca
Los medios digitales han puesto patas arriba al mercado profesional. Los profesionales saben que deben destacar en áreas múltiples y para ello, es necesario unir fortalezas. Lo que nos sitúa ante un mercado horizontal en el que los nexos se producen como consecuencia de la unión de influencias.
El mundo profesional cambia estructuralmente e incluye a la figura del consumidor como abanderado de las marcas, lo que deriva en la necesidad de encontrar líderes capaces de extraer la fortaleza subyacente en cada persona con la que interactúa y canalizarlas hacia el beneficio conjunto.
