Las empresas buscan con ansia desmedida como alcanzar objetivos comerciales, ¿cuál es el camino para llegar a las metas propuestas por la alta dirección?, ¿cómo conseguir colocar nuestros productos y servicios a nuestros clientes?, ¿cómo conseguir retenerlos y hacerlos rentables? son preguntas que de forma continua están en la mentes de los responsables de nuestras empresas, ahora, si cabe, de forma más habitual si tenemos presente las dificultades añadidas de reducción de demanda, pérdida de capacidad económica de los clientes, amplísima oferta, que es el contexto que nos toca vivir. Todo es más difícil, todo.
Revisando la evolución del mundo del marketing en particular y de la comercialización en general, en los últimos años vemos que los caminos aceptados para tener éxito comercial han sufrido muchas variaciones y desviaciones, y es que no existe una receta para llegar al éxito comercial, afortunadamente. Se ha pasado de cubrir necesidades básicas, todo orientado a la producción, a la prioridad por tener un producto de las tres BBB (bueno, bonito, barato) donde era suficiente para alcanzar cierto éxito, para posteriormente inclinarnos por explotar de manera coherente las famosas 4 p y esclavizarnos cuan verdad absoluta a estos conceptos provenientes de ultra mar, para por ultimo tomar como referencia LA SATISFACCION DEL CLIENTE y la explosión de nuevos medios de comercialización, como internet, pues bien, tras estudiar los comportamientos, demandas, quejas y anhelos de los clientes, lamento comunicarles profesionales de la comercialización, que el concepto que debe seguir como finalidad para alcanzar sus objetivos comerciales es la FELICIDAD.
Este es el concepto que logra conseguir clientes, fidelizarlos y por consiguiente rentabilizar sus procesos de relación con la empresa. En un primer momento puede parecer que la esencia de los conceptos SATISFACCION y FELICIDAD es idéntica, pero nada más apartado de la realidad, que diferencia encontramos entre ambos:
En definitiva estamos hablando de conceptos como este de la felicidad, que al mundo de la empresa no le gusta demasiado, por su inexactitud, subjetividad y ambigüedad, pero que sin duda está marcando el recorrido que debemos realizar para ganar al cliente. Las demandas de los clientes, sus oportunidades, su individualismo, sus formas de vidas, sus valores nos permiten pensar que en absoluto el fin último de una empresa, es vender una determinada cantidad de producto o un servicio a estas personas, sino que le están exigiendo que el proceso de relación empresa-cliente genere un valor añadido en forma de felicidad, en forma de sensaciones del agrado de dicho cliente y que este proceso placentero sea repetible en cualquiera de las formas de relación entre cliente y marca.
El HAPPINESS MK, es el desarrollo de comportamientos de la marca cuyo objetivo es lograr la felicidad del cliente. Para ello necesitaremos mayor conocimiento del cliente, acompañarlos/as en su evolución, diseñar mejores sistemas de información, medir aspectos psicológicos de los clientes, técnicas de segmentación mas exactas y por criterios cualititativos (con todo los problemas que esto ocasiona), aplicación de nuevos criterios de microsegmentacion, mayor flexibilidad comercial para una oferta más personalizada, así como el modelo de negocio ha de cambiar de gran volumen de clientes a clientes muy rentables pero menos numerosos, fundamentalmente por una cuestión de capacidad, bajo esta premisa de la búsqueda de felicidad, el tiempo que le dedicaremos al cliente se incrementa de forma importante, por lo que necesitaremos más recursos o menos clientes para mejores respuestas. Todo esto lógicamente tiene sentido en mercados evolucionados, donde la autorrealización de los clientes sea una necesidad establecida como meta por los propios clientes. No se pregunte en qué cliente encaja este producto, plantéese este cliente, que me interesa, que relación quiere establecer con mi organización, ¿se la puedo ofrecer?.Lo siento empresa, tus clientes te exigen otro modelo de comercializar, no basta con que estén satisfechos, son ambiciosos y quieren ser felices. La consecución del reto tiene premio, ser líderes en competitividad