Artículo Marketing

De la compra de datos a la venta de emociones en tiempo real

¿Serán las emociones los nuevos indicadores para las marcas y anunciantes?

Por Redacción - 28 Mayo 2014

El Big Data es sin duda el término de moda que viaja de boca en boca. La utilización de los grandes volúmenes de datos para segmentar las estrategias de marketing y publicidad dirigidas al consumidor, es ahora la tendencia de la que muchos no paran de hablar. Es la evolución a donde nos lleva la potencia bruta de las nuevas tecnologías capaces de procesar una casi ilimitada cantidad de datos e información.

De igual forma, el sector de la publicidad, cada día más digital, también se nutre de todo ese flujo de datos a partir de los cuales se generan millones de perfiles de consumidores. Hábitos y preferencias de potenciales clientes a los que las marcas "persiguen" para inducir a la compra desde cualquier lugar.

Sin embargo, mientras que algunos consideran que el futuro solamente pasa por los datos, el retargeting o la ya tradicional publicidad online, otros indagan en un futuro quizás no tan lejano que podría también revolucionar por completo todo lo que ahora consideramos una tendencia o novedad.

Detrás de todo ello, nos encontramos con las técnicas más avanzadas del Neuromarketing, cuyos avances, a pesar de haber permanecido presente en muchas de las estrategias tradicionales de venta, podría dar un verdadero paso de gigante, abriendo a su vez una nueva era del marketing y la publicidad, donde los datos quedarían relegados a un segundo plano, para dar protagonismo a un nuevo escenario más propio de la ciencia ficción que de la propia realidad. La compra y la venta de emociones.

Aunque pueda parecer descabellado, lo cierto es, que los avances de la tecnología han permitido avanzar con rapidez en el campo de las neurociencias aplicadas al marketing. De hecho, dispositivos como las Google Glass, podrían pronto convertirse en el nexo de unión o en una plataforma capaz de servir de puente para analizar el impacto emocional de los usuarios, y transformar dichos estímulos en información útil para las marcas. Sobre todo teniendo en cuenta que prácticamente el entre el 70 y 80 por ciento de esas decisiones son impulsos debidos a estímulos sensoriales.

A principios de año, durante la inauguración de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, el príncipe Felipe y la princesa Letizia, participaban en un pequeño experimento de neuromarketing que se servía de las propias Google Glass. Tras utilizarlas para ver diferentes fotos de destinos turísticos españoles, unos sensores analizaron cuál era el que les producía un mayor impacto.

Algo similar a lo viene siendo utilizados en sistemas como el "eye tracking", que basado en el seguimiento de los ojos, es habitualmente utilizado en la investigación en los sistemas visuales y campos como el diseño de productos. Son muchos las investigaciones y estudios realizados con estos sistemas dotados de una cámara incorporada y un casco con electrodos, gracias a los cuales, se registran los lugares en los que el individuo fija su atención y el impacto cerebral que ha producido.

Tan solo bastaría con el hecho de que dicha tecnología pudiera ser implantada o adaptada a los nuevos dispositivos electrónicos que llegan al mercado y disponibles para cualquier usuario. Quizás, algunos como las Google Glass, puedan evolucionar aun más y servir en el futuro para registrar todos estos impulsos "en tiempo real". Llegado el momento, ¿Serán entonces las emociones los nuevos indicadores y parámetros para dirigir la publicidad del futuro por parte de las marcas y anunciantes?

Evidentemente en este punto, nos encontraremos con otros aspectos y debates relacionados con la propia privacidad. Sin embargo, esto también ocurre en las actuales redes sociales, donde millones de usuarios aceptan participar a cambio de ceder una información valiosa que las marcas pueden aprovechar. Sí así fuera, imagínese que cualquier anunciante pudiera segmentar sus acciones, pudiendo diferenciar entre aquellos usuarios cuyas emociones son más positivas o en función de su estado anímico actual. ¿Flores para un enamorado? ¿Viajes para encontrar pareja para alguien que se encuentra triste oen soledad? ¿Prendas deportivas para alguien eufórico tras el partido de una gran final?

¿Se imaginan este futuro?

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