
Recientemente ha sido publicado el Código de Ética de la NMSBA (Neuromarketing Science and Business Association) para la Aplicación de las Neurociencias en el ámbito de los Negocios, un documento ciertamente necesario que ha de ser el referente deontológico para todo investigador o "marketero" que realice estudios en el marco de esta nueva disciplina.
Paradójicamente, lo que no se ha tenido en cuenta en este código es la rápida convergencia que están teniendo algunos avances en el conocimiento del cerebro humano con el desarrollo de la tecnología vinculada a los sistemas de inteligencia artificial y con la posibilidad de interacción entre máquinas e individuos. Con esta afirmación no estoy haciendo ciencia ficción, sino refiriéndome a una realidad que, de acuerdo con el concepto de singularidad deR. Kurzweil, nos acerca al momento en el que software específicos sean capaces de entender y predecir con certeza, incluso tratar de modificar, el comportamiento humano partiendo de patrones conductuales concretos.
Los experimentos llevados a cabo por científicos como K. Warnick o M. Nicolelis han puesto de manifiesto que, mediante el implante de microchips, se pueden mejorar las capacidades sensitivas o motoras de individuos con deficiencias en algunas áreas de su cerebro afectadas genéticamente o por lesiones. También han podido conectar el cerebro con ordenadores para transmitir órdenes específicas a elementos robotizados que ejecutan éstas como si se tratase de instrucciones telepáticas.
Todo ello implica que la evolución biológica de la inteligencia humana pueda verse sometida a unas reglas diferentes a las conocidas, de igual manera que la famosa Ley de Moore,respecto del progreso de la tecnología de los circuitos integrados, está siendo sobrepasada por pautas que provocan incrementos exponenciales por la mejora del diseño y producción de estos. De tal manera que, en este caso, la habilidad para realizar un número de operaciones por segundo puede alcanzar cifras astronómicas; y en el caso de los humanos, estos cálculos podrán ser también muy elevados si tenemos en cuenta la naturaleza aún no comprendida del cerebro y las posibilidades de interacción interpersonal.
--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

