Por Redacción - 9 Diciembre 2015
Cada año, en la recta final para el fin del mismo, Pantone hace un anuncio que consigue captar la atención de un abanico muy amplio de receptores. Desde revistas de decoración a revistas de moda, pasando por publicaciones de negocios, todos están atentos al gran lanzamiento: Pantone desvela el nombre del color del año y, con ello, les dice a todos cuál es el color que marcará la paleta durante el siguiente ejercicio. Las revistas de moda se lanzan a hacer bodegones con la tonalidad, las de decoración a estudiar cómo incluirlo en los diferentes espacios y las de negocios a cómo el color del año impulsará los negocios. Porque, aunque puede parecer un elemento más bien propio de la curiosidad, lo cierto es que el color del año es más que importante en el mundo de los negocios.
Cada vez que Pantone nombra un color del año, el interés por esa tonalidad se dispara y la presencia en productos, internet o contenidos se hace casi inevitable. Los consumidores se vuelven como locos con la tonalidad, que suele protagonizar picos de búsquedas en internet y que se convierte en el color bandera de numerosos productos. Los diferentes colores que han ido protagonizando en los últimos años las decisiones de Pantone así lo han demostrado.
De hecho, la elección del color del año poco tiene que ver con cuestiones poco trascendentales, como simplemente que una tonalidad sea más o menos bonito, y tiene detrás un importante peso de los negocios. Detrás de los colores del año, hay un sinfín de cuestiones económicas. El color de 2008, por ejemplo, fue escogido porque era positivo y anticrisis y por tanto incentivaría el consumo en un momento en el que todo el mundo parecía estar pensándose mucho si comprar o no cosas nuevas.
Por primera vez, Pantone no ha escogido un color del año, sino que se ha quedado con dos. Los elegidos son el rosa cuarzo y la serenidad, uno es una gama de rosa y el otro de azul. "Unidos demuestran el equilibrio inherente entre el cálido abrazo del tono rosa y el más tranquilo azul, reflejando una conexión y un bienestar, así como una sensación de orden y paz", explican en la presentación de los colores, señalando además que unirlos a ambos rompe con las tradicionales cuestiones sobre asociaciones de colores.
Y ahí es donde los colores de este año (que son conocidos de forma mucho más popular como rosa bebé y azul bebé) tienen un significado que va más allá del color. Como explican en la web de Pantone, la moda ha ido evolucionando en los últimos años hacia un escenario en el que importan cada vez menos los clichés de género, al tiempo que el mundo estaba cambiando.
Lo que el color dice sobre la igualdad
"El confort del consumidor creciente para usar el color como una forma de expresión, una generación que está menos preocupada por ser tachada o juzgada y un intercambio de información digital nos ha abierto los ojos hacia diferentes aproximaciones al uso del color", apuntan en su web. Es decir, los colores del año son una llave para acabar con aquello del rosa es de niñas y el azul es de niños. Esto hace que los colores del año sean, en realidad, y como recuerdan desde Quartz, un guiño a la igualdad de género.
La decisión es por tanto más que interesante y demuestra un estado de las cosas en el que las marcas tienen mucho que hacer y qué decir. "La complejidad de la lógica detrás del color del año es mucho más grande que moda o diseño de interiores, es una previsión, un reflejo de lo que está pasando en el mundo", le explica a AdAge Ron Potesky, vicepresidente senior de Pantone. "Estos colores se pueden ver juntos como dos lados de una misma moneda, se han estado viendo en muchos lugares juntos", añade.
Firmas como Sephora o Kitchen Aid ya han anunciado que lanzarán productos con los colores del año, que todo hace pensar que pronto estarán en prácticamente todas las tiendas. Sin embargo, las marcas no se deberían quedar únicamente con eso y debería aprovechar el lanzamiento para reflexionar sobre lo que sobre los consumidores demuestra el criterio de selección empleado este año. El significado de los dos colores del año es mucho más revolucionario en los hábitos de consumo que simplemente el impacto que tendrá de aquí al próximo diciembre.