Por Redacción - 22 Marzo 2018

El storytelling se ha convertido en un arma destacada en la estrategia de marketing de las empresas y de las marcas. Las historias son el elemento estrella, lo que puede permitir que el consumidor haga caso a lo que la compañía le quiere decir, como demuestra el creciente interés por el marketing de contenidos. Pero contar historias no es, de entrada, sencillo.

Antes que nada, quizás se debería pensar en lo que hace que una historia sea buena y esté bien contada. Verlo pensando en marketing de contenidos puede resultar más complicado, pero no ocurre lo mismo si se piensa en el último libro que se ha leído o en la última película que se ha visto y que nos ha mantenido plenamente enganchados. Una buena historia está narrada con un cierto ritmo y sabe repartir los detalles de información que ofrece para llegar de un modo eficiente a quien la está recibiendo. Sabe generar expectativas, sabe mantener la atención y suele terminar con una nota final que hace que el receptor se quede con la historia incluso cuando esta ha terminado.

En el caso del storytelling en el terreno de los negocios, todo esto se tiene que traducir en una manera de conectar con la potencial audiencia compradora. Como señalan en MarketingProfs, se traba de ir dando detalles para ganarse la atención del consumidor empleando una narrativa que empuje a la acción. Si las marcas y empresas hacen buen storytelling, no solo logran captar la atención del consumidor, sino que además consiguen que el receptor actúe tras ellas.

Las historias nos permiten conectar con los demás y, en el caso de las empresas, nos permiten hacer que sean algo con lo que uno se puede identificar.

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