
Por Redacción - 17 Septiembre 2018
Uno de los objetivos de las marcas y de las empresas es el de lograr que sus consumidores se conviertan en fieles a sus productos, a sus servicios y a sus identidades. No hay nada que más guste como broche de oro a la estrategia de marketing que lograr fidelizar a las audiencias y que esta se convierta en la seguidora entusiasta de la marca. Los puntos positivos de la lealtad son además muchos.
Por un lado, la compañía se asegura a ese consumidor, que preferirá siempre sus productos y que buscará siempre a la marca entre la oferta de la competencia. Por otro lado, un consumidor fiel suele ser también un gran embajador de la marca y se encarga de hablar de ella a sus amigos y a sus contactos logrando así posicionar mejor esos productos. En términos de negocio, y usando uno de esos términos de moda, el consumidor leal a la marca es una suerte de win-win.
Pero ¿existe el consumidor leal a la marca o es una especie de mito que los responsables de marketing quieren creer por sus potenciales puntos positivos? ¿Es la fidelidad a la marca una especie de invento?
La importancia de la fidelidad de la marca debería ser puesta en cuarentena, o al menos eso es a lo que se podría llegar como conclusión tras analizar lo que apunta un experto en consumo. "La gente no es tan leal a las marcas", apunta Paul Murphy, Global Analytics y Insight Director en Kantar. Según defiende Murphy, no existe tanto "como la gente cree" lo de ser leal o no ser leal a las marcas, lo que importa es más el comportamiento de los consumidores. La clave está en cuánto se compra.
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