
Por Redacción - 21 Noviembre 2018
Cuando las redes sociales hicieron aparición en el mercado y se convirtieron en un terreno creciente para las empresas, uno en el que todo apuntaba que valía y mucho la pena estar, las compañías acabaron arrancando una carrera por fichar a los profesionales necesarios para posicionarse en ese entorno.
Todo el mundo parecía querer tener a un experto en redes sociales en su plantilla y todo el mundo parecía estar buscando a alguien que supiese qué hacer en ese terreno. Era el momento en el que, como se tuviese una formación de partida en casi cualquier cosa relacionada con la comunicación, alguien acababa recomendándote que te especializases en redes sociales. Parecía El Dorado del empleo en el terreno del marketing, de la publicidad y de la comunicación.
Pasado el momento de novedad, el propio mercado laboral de las redes sociales se fue ajustando sobre sí mismo y la primera fascinación con el community manager se pasó. La industria además iba teniendo que buscar nuevos perfiles y nuevos profesionales y las cosas iban posicionando a otros expertos como elementos destacados que había que incluir en el equipo de marketing. Fue lo que ocurrió, por poner solo otro ejemplo, con todo el terreno del big data y los profesionales asociados.
Y, dado que el mundo del marketing y las necesidades y exigencias que tienen que cumplir los profesionales de este terreno no paran de evolucionar, ha aparecido ahora un nuevo perfil que las marcas y las empresas buscan. Posiblemente, sea uno de los grandes bombazos en contratación en los próximos tiempos, especialmente teniendo en cuenta hacia dónde van las cosas y cómo se están posicionando los diversos elementos que afectan al proceso de descubrimiento de los productos.
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