Por muy común que suene la frase "la parte más influyente en las decisiones de compra proviene de las esferas emocionales e inconscientes del ser humano", los estrategas mercadólogos deben tener presente esta premisa en su modus operandi dentro de toda acción que busque seducir prospectos, para luego convertirlos en consumidores por medio de la acción de compra. La forma de crear e implementar tácticas y estrategias en el área de mercadeo, al igual que las demás esferas organizacionales, ha ido cambiando sustancialmente con el tiempo, permeada por el avance ineludible de lo tecnológico y social.
Las promociones y exhibiciones de productos en espacios comerciales físicos han ido migrando, en parte, al universo digital. Además, hoy en día, lo que toda empresa debe buscar, es la implementación de tácticas de ventas que generen un estimulo lo suficientemente efectivo para que solo con la percepción de cualquier sentido humano, las personas puedan recordar un producto, y que el mismo se ubique en su "Top of Mind". En la actualidad se percibe una tendencia de cultura del consumidor en la que los jóvenes tienen un mayor poder adquisitivo, siendo estos los que influyen en muchas decisiones de compra. Es por esto por lo que el Marketing Sensorial juega un rol relevante en la seducción de esta generación, la que cada vez promueve más transacciones alrededor del mundo.
Si el ser humano es más emocional que racional al momento de realizar una compra, ahora pensemos en aquellas generaciones jóvenes, cuyo proceder, en muchas ocasiones, se basa en acciones impulsivas. Formas de actuar promovidas por aquella seducción de lo sus ojos ven, nariz percibe, oído escucha, manos sienten y boca disfruta. El Marketing Sensorial busca diferenciarse de lo que los impactos publicitarios comunes pretenden conseguir, lo cual, en muchas ocasiones, resulta en acciones inefectivas por los recursos invertidos en comparación a su resultado.
Los jóvenes con su vanguardia en cuanto a todo lo que los rodea, son aquella generación que más detalla y valora los colores, formas, olores, texturas, entre los demás conceptos que los productos tienen detrás de su arquitectura de marca. Es de suponerse que, lo primero que se despierta al momento de salir a la calle y transitar espacios comerciales, es la vista. Desde que nos levantamos recibimos información visual, por lo que cada tienda con sus marcas debe entender que los estímulos visuales son aquel trampolín para despertar de forma simultanea el resto de los sentidos. Lo atractivo y claro de cada logo, combinación de colores, tamaño de letra, entre el resto de los conceptos que componen el branding de un producto debe impactar visualmente a todo prospecto. Valerse de estudios cuyo fin sea entender que concepto es mas efectivo al darle personalidad a una marca, es de suma importancia en este proceso.
La importancia de poder palpar y reconocer un producto es algo que promueve una experiencia de compra mas enriquecedora. Detalles como texturas y formas diferenciadas de la competencia detonan una fácil recordación de marca. Muchas empresas caen en la errónea concepción de competir estrictamente frente a las características de los productos de las demás empresas. La diferenciación, simpleza y practicidad es algo que las generaciones jóvenes valoran.
Además, el acompañamiento de estrategias basadas en estímulos que despierten el olfato para todo gusto se debe implementar. Los aromas que cada producto tenga y, con los cuales cada marca será recordada, son promotores en la creación de experiencias amenas y autenticas en los puntos de venta. Las personas tienden a retener una marca en su memoria con mayor facilidad cuando se dan asociaciones fomentadas por olores en experiencias pasadas con X o Y producto.
Al final, es increíble como las empresas, con el debido uso de los recursos, pueden valerse de lo que las rodea para enamorar a los consumidores por medio de sus sentidos. La conexión con todo prospecto o consumidor debe buscar despertar emociones que promuevan la acción de compra en los momentos propicios. La creación de necesidades en la sociedad para atraer consumidores y penetrar mercados es algo que todo mercadólogo sabe, pero no nos olvidemos de también seducir aquellos que una vez nos compraron, y que mejor forma de hacerlo si no es por medio de los sentidos.