Opinión Marketing

La organizaciones y el síndrome de Diógenes digital

La información personal elevada a miles de millones de registros sobre los aspectos más diversos de nuestra vida es anodina si no se le encuentra una explicación e inútil si no tiene un destino. 
Profesor en ESIC Business & Marketing School. Profesional de la...

La primera me ha llegado desde la London School of Economics; la firma el profesor de origen griego, Jannis Kallinicos. La segunda viene de un colegio cercano y de los alumnos de literatura de la profesora Garrido. Una es una entrevista que resume el análisis que el Prof. Kallinicos hace de la influencia de las redes en nuestra vida y el protagonismo de nuestros datos digitales como rasgos identitarios que nos representan. La otra proviene de un artículo leído hace unas horas en la prensa local, en el que se narra la experiencia del reto que la profesora de la ESO propuso a sus alumnos: abandonar el móvil durante una semana a cambio de mejorar la nota en la asignatura.

A veces, cuando se analiza la importancia que en las relaciones Empresa-Mercado tienen hoy las herramientas, procesos y caminos sujetos a un algoritmo, se olvidan los atributos, valores y estrategias que hasta no hace mucho sustentaban dicha relación, eso sí, con éxito también dispar, o sea, igual que ahora. La vitalidad de las organizaciones siempre ha estado marcada por la fluidez y profundidad con la que han sido capaces de conocer a su mercado, el acierto en poner ante sus necesidades o deseos la satisfacción adecuada y la voluntad de transformar la curiosidad estratégicamente lograda en fidelidad hacia la marca-producto emocionalmente asentada. Las relaciones comerciales no entienden de actos de fe ni de mártires por la causa sino de beneficios compartidos.

Jannis Kallinikos se pregunta si a estas alturas somos solamente nuestros datos y si ya no hay otra forma en la que se nos pueda conocer. Paradójicamente un chaval de 16 años que se ha arriesgado a vivir unos días sin móvil responde de forma muy gráfica "hace una semana, cuando aún tenía en mi bolsillo ese frio objeto que te conecta a un mundo paralelo, en la habitación contigua a la mía vivía mi hermano pequeño; una semana después, para mi sorpresa, resulta que en la habitación de al lado vive un amigo con el que puedo compartir más de lo que imaginaba".

Quizá la empresa está confiando demasiado en la inmediatez del contacto digital sin darse cuenta de que el tan ansiado y pretendidamente rentable "engagement" con su mercado tanto real como potencial, incluso con sus propios stakeholders más cercanos, resulta así demasiado superficial.

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Profesor en ESIC Business & Marketing School. Profesional de la...
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