
Los retos de la nueva normalidad: Cómo hacer marketing veraniego en el año sin verano
Por Redacción - 6 Julio 2020
Cierto es que este año verano, lo que se dice verano, hay. No estamos como en ese mítico 1816, cuando las consecuencias de una explosión de un volcán dejaron a medio mundo sin verano. Las temperaturas se desplomaron, los días siguieron siendo otoñales e invernales y el buen tiempo nunca llegó, lo que hundió las cosechas y lastró la situación en una Europa que aún se estaba reponiendo de las guerras napoleónicas. Este año sí tenemos verano, con buenas temperaturas, días de sol y el atractivo de las playas.
Pero, aunque no hemos acabado de pasar por las guerras napoleónicas, sí estamos en una situación inusual y en la resaca de uno de esos "momentos históricos" con graves consecuencias. La crisis del coronavirus ha puesto todo patas arriba, ha complicado las cosas de forma notable y ha tenido un efecto directo en la economía, la sociedad y hasta en nuestras ganas de consumir.
Las posibilidades de ir a esas playas y de disfrutar del verano se han reducido para muchos, ya sea por cuestiones económicas, por los límites que quedan a la movilidad o por el temor al coronavirus, que sigue todavía presente.
Por tanto, la gran cuestión es la de cómo se puede hacer marketing veraniego - o incluso hasta si se debe - en un año como este con un verano que no es al uso. En un verano tradicional, había que insistir en que el marketing no debe tomarse vacaciones y hasta cómo podía ser una oportunidad para la empresa para abrir nuevas oportunidades y llegar a nuevos consumidores. El verano era, además, el momento en el que muchos productos y muchas compañías sacaban su artillería pesada. Era el momento tradicional para los anuncios de helados y cremas solares y para las ediciones veraniegas de packaging de productos.
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