Por Redacción - 15 Junio 2021
A la hora de fichar a un profesional, las empresas suelen aspirar a querer hacerse con el trabajador perfecto. Las listas de requisitos son amplias, perfiladas sobre las necesidades específicas de la compañía, y las aspiraciones sobre qué se va a lograr también. Pero ¿qué es lo que deberían buscar las compañías en sus marketeros? ¿Qué es lo que conforma al trabajador perfecto en marketing?
Por supuesto, cada compañía - y cada equipo de marketing en busca de profesionales - tiene sus necesidades específicas. Pero más allá de lo concreto, hay ciertas habilidades que se necesitan en los marketeros. Más allá de la formación y de las skills adquiridas, los marketeros deben ser capaces de destacar en ciertas capacidades casi que se podría decir que son innatas.
Un análisis de Marketing Week ha señalado las características que tienen en común los marketeros y, partiendo de sus conclusiones, se pueden establecer los rasgos del retrato robot del perfecto marketero.
Al fin y al cabo, como explican en el análisis, la estrategia de marketing debe orientarse a entender al consumidor. El marketero es quien es capaz de ver las cosas desde el punto de vista de los consumidores.
Deben en todo momento estar interesados por lo que ocurre más allá de su empresa. Necesitan seguir los cambios que se operan en el mercado y lo que interesa a los consumidores. Tienen que husmearlo todo.
Aunque siempre se habla de la importancia de ser precisos en el trabajo, en el análisis dejan claro que los marketeros deben ser capaces de convivir con la imprecisión y de hasta sentirse cómodos con ella. Los números no siempre suman, señalan, porque el marketing no es una ciencia exacta.
Esto no quiere decir que sepan controlar bien cómo usan el tiempo de trabajo, que también, sino más bien su relación con los tiempos y la aplicación de la estrategia de marketing. Un buen marketero no va a rebufo del mercado y es capaz de planear con antelación qué va a hacer y por qué.
Muy relacionado con el punto anterior, un buen marketero es capaz de tener una visión a largo plazo de las cosas. Sabe encontrar el punto de equilibrio entre lo que necesita la estrategia a largo y lo que tiene que hacer a corto. Logra resultados en lo inmediato, pero sin sacrificar el futuro de la marca.
Una marca que tiene muchos objetivos y muchas aspiraciones, alertan, se acaba quedando en nada. Los estudios demuestran que tener cinco o cuatro objetivos claros es lo que ayuda a lograr resultados.
Nadie discute que el trabajo en marketing es muy complejo. Establecer una buena estrategia de marca implica trabajar con muchas variables y con muchos elementos, pero un buen marketero es capaz de presentarlo todo de forma sencilla a su equipo. Es decir, todo el mundo debe tener claro qué se va a hacer y por qué.
El genio creativo que no respeta nada ni a nadie es una suerte de mito. Para una empresa, puede ser un dolor de cabeza. Y un lastre. ¿Implica eso que un buen marketero siempre cumplirá con las reglas? No exactamente, pero sabrá cuándo merece la pena transgredir y romper con lo establecido.
Los buenos marketeros son conscientes de sus limitaciones. Por ello, nunca dejan de aprender cosas de nuevas y de adaptarse a los cambios del mercado.