A principios de la última semana, una cadena de pizzerías mandaba una nota de prensa sobre Ibai Llanos y un producto vinculado. "Ibai Llanos crea "La más dura", una pizza a su gusto que solo se podrá probar en Dominos este verano", vendía el titular de la nota, que la presentaba como la "pizza de la generación gamer".

La pizza ya había sido presentada en un directo en Twitch y, por eso, la marca ya podía hablar de datos de venas (estaba "en el top 3 de las pizzas más pedidas en la web de Dominos"). Unos días después de la nota de prensa, una campaña de email marketing de la cadena presentaba también, ya a todos sus clientes, la pizza.

El movimiento de Dominos era llamativo - en parte - aunque no era más que un capítulo más de una tendencia que ya ha estado arrasando en EEUU primero y luego a nivel global.

Las grandes marcas, especialmente las de las cadenas de comida rápida, se han ido aliando, a veces de forma más orgánica otras vía acuerdos de pago, con diferentes influencers y otros personajes populares de las redes para crear productos vinculados. El ejemplo más reciente está en la campaña de McDonalds con BTS, que es ya directamente una acción de co-branding y no solo de lanzamiento de un producto especial que logrará tener tirón.

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