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En 2023 todos los restaurantes querrán que comas cosas rosas: la razón está en el marketing

Una mezcla entre la percepción de que esos productos son más saludables y el que quedan mejor en fotos para redes sociales los hará ubicuos

Por Redacción - 2 Noviembre 2022

Cada año, los colores cambian de moda. Pronto, de hecho, Pantone lanzará su proyección del color del año, el que en 2023 veremos por todas partes y que dominará en los productos. Sin embargo, el tirón del tono de moda no solo se ve en esos escenarios, sino también en muchos otros casi inesperados. El cómo es algo cambia qué se intenta vender también en espacios tan poco esperables como los restaurantes.

Al fin y al cabo, en los restaurantes hay también tendencias. Las modas culinarias son una cuestión recurrente, que va más allá de cuál es el último alimento de moda, como ocurre ahora con el matcha (algo muy vinculado con el marketing), y que hacen que cambien menús y expectativas.

La última moda en los menús de los restaurantes será la de lanzar platos de color rosa. Según publica Restaurant Business, que recoge datos del estudio What We Foresee for 2023 - elaborado por Technomic y basado en tendencias del mercado estadounidense (pero que suelen ser las que acaban llegando también a otros mercados y por tanto un buen indicador de lo que espera) -, la tendencia rosa es una de las siete que dominarán las modas en restauración del año que se avecina. La carta se teñirá de rosa.

Lo interesante - al menos desde el punto de vista de los marketeros - es el por qué. Su tirón será una mezcla de dos cosas ultramarketeras: por un lado, la percepción de que las cosas son más sanas; por otro, lo bien que esos productos quedan en imágenes. El rosa triunfará porque, según la directora de Menu Research & Insights de Technomic, Lizzy Freier, "este color feliz y fotogénico para comida y bebida también denota beneficios antioxidantes en algunos casos".

El pico anterior de la comida rosa

La idea de la comida rosa no es, de entrada, exactamente nueva. Ya en 2021 los estudios de tendencias dejaban claro que no paraba de aparecer comida rosa: era la época en la que el chocolate rubí estaba teniendo su momento de gran furor en el mainstream. Resultaba raro, parecía caro y se sentía exclusivo. Hacía que hasta un KitKat pareciese algo completamente nuevo.

El rosa se había convertido en un color de moda gracias a los millennials (no hay que olvidar que llegó a existir una tonalidad llamada directamente "rosa millennial") y, de ser trendy, pasó a ocuparlo prácticamente todo. Cualquier producto tenía una versión rosa. Parecía inevitable que esa avalancha llegase también a la comida, con un boom de productos conectados a este color. Algunos lo conseguían de forma más natural - como el vino rosado - otros directamente echando de toques de colorante - como el boom de los pasteles rosas - pero todos fueron llenando progresivamente los estantes de los supermercados y las ofertas de consumo. Por haber, había hasta ginebras rosas.

Si existían era porque en su lanzamiento, como explicaba en 2021 Mintel, se había pensado antes de nada desde la perspectiva del marketing. El diseño de producto había sido el paso uno. Se había pensado cómo quedaría bonito y luego se había ejecutado un producto. Y el rosa era un diseño primordial, porque hacía que el producto fuese altamente instangramable. Dotaba al producto de una identidad visual que sobresalía.

Por qué lo rosa vuelve en 2023

Lo diferente ahora – lo que hace que se vuelva a hablar de tendencia en 2023 – es que, por un lado, esto llega a un entorno diferente (la carta de los restaurantes) y, por otro, porque lo que se busca es un rosa natural. Es decir, es más un adelante algo como una sandía y atrás el no rosa melón, simplificando la cuestión.

Los consumidores, volviendo a lo que dice el análisis de Technomic, asumen que esos productos están más llenos de antioxidantes, algo vinculado a su color. Por eso, los smoothies llevarán fresas o frambuesas para ser rosas y hasta los cócteles se mezclarán con zumos de frutas de color rosa. En EEUU, onde se cultiva piña rosa, esta podría tener su momento de gloria. Y no hay que olvidar que la sal de moda es, desde hace unos años, de color rosa. Incluso, las próximas frutas raras que se pondrán de moda serán rosas, como también bebidas que se viralizarán (por ejemplo, el Bissap de Senegal, apuntan en su análisis).

El momento de tirón no solo estará conectado con esa idea de lo saludable que se ve en lo rosa, sino con lo más mundano que hizo que hace unos años lo rosa asaltara la estantería del supermercado. Los restaurantes llevan ya unos cuantos años pensando su carta en clave Instagram y social media y lanzando aquellos productos que saben que funcionarán en las fotos de sus comensales. La comida rosa no es más que una de esas ideas.

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