Por Redacción - 17 Junio 2015
Este fin de semana hacía muy mal tiempo y por ello no hay más remedio que acabar quedándose en casa y echando mano de algo que llevaba bastante tiempo apagado, la televisión. Encontrar qué ver no resulta muy fácil mientras se hace zapping y tampoco la experiencia de visionado resulta especialmente placentera (los fines de semana, por la tarde, las cadenas de televisión se ponen en modo low cost). Pero, además de los contenidos que no son los más atractivos, la situación está marcada por otra realidad.
Y es que los contenidos están acompañados por mucha, mucha publicidad y no siempre servida de la mejor manera. Puedes decidirte a ver una serie en un canal de la TDT (y esto pasó con uno de los canales de Atresmedia), sentarte a verla, desesperarte un poco porque en cuanto tomas la decisión de verla empieza una tanda de anuncios, esperar a que acaben, ver unos pocos minutos de contenido (¿unas tres líneas de diálogo?) y sufrir que la serie vuelve a irse a la pausa publicitaria. La opción, entonces, casi obligatoria para seguir es la de apagar el televisor. Y la situación se suma a la larga lista de razones por las que has decidido dejar de ver la tele.
Pero la situación no es única y no está limitada a una única experiencia de visionado de televisión. De hecho, suele ser la tónica que marca cómo vemos la tele y cómo nos enfadamos con ella, al tiempo que explica que los consumidores suelan hacer de quejarse por los contenidos televisivos un habitual y que explica los cambios de consumo que se están produciendo en el acceso a los contenidos audiovisuales. Las estadísticas sobre consumidores que abandonan el consumo de televisión y que se están refugiando en la red suelen venir de los países anglosajones, pero lo cierto es que el movimiento es mucho más global y, a medida que la oferta de contenidos en internet de calidad va en aumento (y aquí llega el momento de sacar a colación que Netflix llega en otoño a España), la espantada de los consumidores a nuevas fuentes de contenido dejando atrás la televisión es mucho más habitual.
No es que las televisiones estén haciendo mucho para frenar esta espantada y poniendo cura en aquellos puntos que resultan más problemáticos en sus actividades. Las televisiones siguen teniendo muchos anuncios y los espectadores siguen estando igualmente molestos con ellos que lo que lo estaban en el pasado. Los grandes grupos televisivos siguen ofreciendo cada vez más y más publicidad, aburriendo a los espectadores con pausas publicitarias muy largas (y que en el caso de los canales "menores" de la TDT muchas veces ni siquiera entran en el programa en un momento en el que está bien cortado) y que en unas cuantas ocasiones están muy cerca de incumplir las normativas. A lo largo del último año, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha abierto unos cuantos expedientes sancionadores contra los grandes grupos televisivos privados en España por problemas con cómo servían los anuncios.
Mucha, mucha publicidad
El tiempo publicitario no es, además, escaso. Como explican en un artículo en El Mundo que ha analizado el peso de los anuncios en las parrillas de los grandes grupos audiovisuales privados, los anuncios siguen saliéndoles muy rentables a las grandes cadenas, lo que explica que estas firmas sigan apostando - y mucho - por poner anuncios y más anuncios en sus contenidos.
Y eso a pesar de las constantes quejas de los consumidores, que odian esta avalancha de anuncios. No hay más que ver los comentarios que los lectores de la noticia han dejado para entenderlo. "Lo mejor es grabar la película o el programa que queremos ver y pasar los anuncios cuando lo reproduzcamos", dice un lector. "Por si lo lee alguien de Antena 3 y le sirve. Indicar que NO veo Antena 3 porque es INSUFRIBLE", apunta otro (y las mayúsculas son suyas). Abuso e "insufrible" son las palabras que más se repiten en sus comentarios. "Lo de Antena 3 es una VERGUENZA, la cantidad de anuncios que ponen, y como los ponen; unas veces dicen 7 minutos y otras no dicen el tiempo, que puede ser de 10 minutos ó mas. Solución NO PONER ANTENA 3."
Está claro que las audiencias claman al cielo ante la excesiva publicidad y los anuncios televisivos y otros usuarios no dudan en quejarse de forma generaliza "Lo de las privadas y la publicidad es un abuso y vergonzoso, ya ponen publicidad incluso durante un programa, una película y no digamos en los telediarios. NO es normal que estemos viendo un programa y te metan una publicidad. Los anunciantes no comprenden que tanta publicidad aburre y satura al espectador. Recomiendo hacer mucho zaping durante la publicidad, es la única forma de terminar con el abuso."
De todas las cadenas, Antena 3, el buque estrella de Atresmedia, es quien tiene más publicidad. Según los datos del diario, que se basa a su vez en mediciones de Kantar Media, el prime time de Antena 3 tiene más segundos de contenidos publicitarios que el de Telecinco. Cuando llega el fin de semana, la cadena de Atresmedia se separa aún más de la media de la de Mediaset. La diferencia entre contenidos publicitarios en una y en otra oscila entre un 23,5 y un 27,8% menos de anuncios en Telecinco que en Antena 3, con un pico del 53,9% en el fin de semana.
¿Por qué esta diferencia? En el análisis dan unas cuantas pinceladas. Telecinco tiene algunos problemas para vender publicidad en algunos de sus programas, como pueden ser Sálvame o Un tiempo nuevo, que los anunciantes ven con cierta reticencia por sus contenidos y sus valores de marca y que, además, llegan a un público (es el caso de Sálvame) al que se puede llegar en otras franjas horarias y con otros programas en los que la publicidad resulta más barata. Y, además, y curiosamente, la publicidad en Antena 3 es más cara y, aunque la emisora gana la partida en lo que a peso de anuncios se refiere, a veces estrena contenidos sin anuncios (algo que Telecinco jamás hace).
La conquista de internet
Pero además de no reducir el número de anuncios y no conseguir por tanto frenar uno de los aspectos que hacen que los consumidores miren con malos ojos a los contenidos en televisión, las cadenas españolas tampoco están preparándose realmente para la migración de las audiencias a internet (algo que ya está pasando). La oferta de VoD para el mercado español es cada vez más variada (y más va a ser: como ya hacíamos al principio, no hay más que emplazar al espectador al otoño), al tiempo que - a pesar del cierre de plataformas y webs por intervención policial - la oferta de contenidos en internet al margen de las emisoras (es decir, las webs piratas) sigue existiendo y sigue siendo de lo más completa.
Algunas emisoras privadas, como pueden ser Canal + o Movistar Series (recién llegada al mercado), están intentando ofrecer contenidos de forma rápida (acortan los tiempos de espera desde que las series se estrenan en Estados Unidos a su llegada a España) y con una oferta que también cubre a internet. Las cadenas de siempre no están aún consiguiendo captar a todas esas audiencias.
Todas las grandes cadenas tienen una página en internet y todas ellas suben contenidos a la misma, pero las pausas publicitarias son bastante molestas (y si se está viendo en directo a través de internet el mismo contenido que se está emitiendo en antena muchas veces no están realmente sincronizadas) y no todos los contenidos que emiten están realmente disponibles online, como se puede comprobar analizando las diferentes ofertas.