Por Redacción - 26 Julio 2018
¿Es la crisis en la que se encuentra sumida la televisión mucho peor de lo que parecía o está a punto de cruzar esa frontera y convertirse en mucho más complicada? ¿Está haciéndose cada vez más dura la situación en la que se encuentra el otrora medio de comunicación rey del mercado?
Hacerse estas preguntas tiene cierta lógica, porque los datos y los análisis sobre el estado de las cosas en el universo televisivo apuntan cada vez más hacia una situación más y más complicada. Estados Unidos es el mercado en el que la crisis de la televisión arrancó y en el que los datos sobre cómo están posicionándose ante el mercado están siendo cada vez más complicados.
Dado que el mercado estadounidense está funcionando como una suerte de Casandra de lo que ocurrirá en el mercado televisivo general en el futuro próximo, la información que llega de lo que ocurre en EEUU se convierte en un elemento todavía más decisivo para comprender cómo será el futuro de la tele a un nivel mucho más general.
Los últimos datos de EEUU son bastante terribles, al menos en lo que toca a la televisión tradicional. Los movimientos que la tele por cable (la forma principal de acceso a los contenidos en EEUU) está haciendo para seguir siendo relevante y seguir llegando a los consumidores no están dando el resultado esperado.
A pesar de sus acuerdos con los rivales del VoD y a pesar de sus maniobras, los consumidores están abandonando la televisión tradicional de un modo mucho más rápido del que se preveía hasta ahora. El ritmo que está marcando ahora mismo la industria está superando a las previsiones que había establecido el mercado y los analistas para el futuro inmediato. La realidad es mucho más terrible, por tanto, que la proyección.
Eso es lo que acaba de confirmar un estudio de eMarketer. El número de consumidores que deja la tele es superior al número que preveían que lo haría. La última cifra en porcentaje de lo que llaman cord-cutters (los cortadores de cable, consumidores que cancelan su subscripción a la televisión por cable) está ya en una subida interanual del 32,8% para 2018. Su última estimación apunta a que 33 millones de adultos habrán dejado de pagar la tele por cable en EEUU cuando se llegue a final de año. La estimación anterior (realizada este mismo mes, pero del año pasado) apuntaba a un crecimiento del 22% y a un total de 27,1 millones de cortadores de cable.
El 12,9% de la población estadounidense adulta será cortadora de cable a finales de año. En 2022, la cifra será ya del 20,8%, una cuarta parte de los adultos estadounidenses.
Aunque los proveedores de televisión tradicional en EEUU están intentando integrarse con Netflix (algo que también están intentando hacer en Europa, no lo olvidemos), esto no está blindando sus datos ni su posición. Aunque los acuerdos aún están en una "fase temprana", los analistas de eMarketer no creen que vayan a tener un impacto realmente destacado en el abandono de los clientes. No es el parche, por tanto, que evitará la espantada de clientes de la tele tradicional.
Mientras la tele de siempre pierde fuelle, los nuevos jugadores ganan territorio. Las previsiones de eMarketer también han aumentado sus estimaciones en lo que a espectadores futuros para YouTube, Netflix, Amazon y Hulu. Estas plataformas no solo se benefician de la crisis de la tele. El crecimiento en programas propios y el hecho de que ofrezcan más y más cosas está haciendo que sean cada vez más atractivos para los espectadores.
Cuanto más fuerte es su contenido propio, cuanta más variada y sólida es la variedad de contenidos exclusivos que ofrecen, más atractivos resultan. Como explica un analista de la compañía, los consumidores escogen uno u otro servicio partiendo de su contenido. Esto explica por qué las plataformas VoD se están dejando millonadas en contenidos de producción propia, pero eso es otro tema.