
Casi la mitad de los españoles serán suscriptores de servicios de Vídeo bajo demanda
Por Redacción - 7 Octubre 2020
Cuando hace unos años se analizaban los patrones de consumo de contenidos audiovisuales en España, había un claro ganador. Triunfaba la televisión tradicional. Los millennials, entonces jóvenes entrando en la edad adulta, eran los que apuntalaban otro patrón de consumo de contenidos, el del consumo pirata, con páginas web muy populares que fueron cayendo en acciones antipiratería pero, sobre todo, por el tirón de nuevos servicios, completamente legales y muy fáciles de usar.
Entre ese momento y el de ahora, empezó a arrancar en Estados Unidos el movimiento de los llamados cortadores de cable, ciudadanos que dejaban de pagar por la televisión por cable (el sistema más habitual de acceso a los contenidos en ese país) para emplear simplemente VoD. En Europa, España incluida, la industria audiovisual lo veía como algo lejano y algo que no iba a llegar a este mercado. Los patrones de consumo televisivos eran de partida diferentes, por lo que las conclusiones, echaban de cuentas, también lo serían.
Fue un error. Por mucho que el mercado sea distinto, el episodio final ha sido el mismo. Los consumidores han ido abandonando la televisión tradicional, lastrada además por un prime time cada vez más tardío y por pausas publicitarias molestas y eternas, a favor del visionado bajo demanda.
El hecho de que Netflix empezase a producir series directamente en España y que las demás plataformas VoD se acabasen sumando (Netflix ha invertido millones y creado un hub de producción de contenidos en España, pero Movistar también se ha gastado cifras millonarias en series y otros programas propios) solo ha apuntalado más el mercado. Las grandes series y los grandes estrenos, sean de importación o sean propios, ya están sobre todo en el streaming.
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