Por Redacción - 13 Julio 2021
Los anunciantes se enfrentan a unos cuantos problemas cuando analizan qué ocurre con la televisión. Por un lado, y ya como punto de partida la televisión tiene un problema de audiencias. Los espectadores se están yendo de este medio a los de nuevo cuño, cambiando las emisiones de la televisión lineal por los contenidos - casi siempre libres de anuncios - de las plataformas de streaming.
Por otro lado, incluso con los espectadores que quedan tienen un serio problema. Los espectadores de la tele, incluso antes de tener ciertas alternativas y de poder refugiarse en contenidos libres de anuncios, estaban hartos de la publicidad televisiva. Resultaba excesiva y estaban cansados de los anuncios. Las pausas se hacían eternas y los anuncios demasiado repetitivos e iguales, tanto que daba la sensación de que no compensaba la experiencia.
Todo esto es un problema - y uno muy importante - para los anunciantes. Las marcas necesitan posicionar sus mensajes y que los consumidores los vean. La publicidad es una de las vías directas para lograrlo, pero ¿qué hacer si estos huyen a espacios sin anuncios o si odian la experiencia publicitaria que le están sirviendo?
¿Existe alguna manera de mantener a los espectadores sentados frente a la tele y, sobre todo, evitar que durante los anuncios se vayan a otro canal o se pongan a mirar qué ofrece la pantalla de su móvil?
La respuesta a todas estas cuestiones es compleja. Sobre mantener la audiencia de la tele, los anunciantes deben confiar en que las propias cadenas televisivas hagan lo que deben. Ahora mismo, parece complicado. Las televisiones están en ese momento de pánico en el que no reaccionan cómo se espera que hagan. Sobre lograr que esos espectadores que sí están ahí vean los anuncios, no hay nada mejor que preguntarles a esos propios espectadores.
Un estudio estadounidense acaba de hacerlo, preguntándole a los espectadores de ese país qué lograría que se mantuviesen fieles a los anuncios y los viesen. Las respuestas no son tan descabelladas y dejan claro que las televisiones sí podrían hacer cosas para mejorar la relación entre publicidad y espectadores.
Entre las acciones que los llevarían a ver los anuncios hay muchas que están relacionadas con la duración de la pausa publicitaria y con cómo se reparten los anuncios.
De entrada, los espectadores verían encantados los anuncios si sacasen algo a cambio. Un 36% de los encuestados asegura que lo harían si ganasen recompensas por ver la publicidad. Pero, para continuar, también lo harían si la carga publicitaria fuese más reducida. Así, otro 36% señala que se mantendría viendo la publicidad si solo les sirviesen un anuncio por pausa publicitaria.
Tras ellos, están quienes piden una duración más corta de los anuncios (34%) y una más reducida de la propia pausa publicitaria (33%). Esto demuestra que aligerar la carga publicitaria o cambiar cómo se sirven los anuncios ayudaría a mantener a esos espectadores.
Tras ellos están quienes verían los anuncios si estos fuesen de categorías elegidas por ellos (28%). Si la publicidad televisiva fuese más personalizada, los efectos serían mayores, ya que otro 28% asegura que los vería si estuviesen segmentados por sus búsquedas (28%) o por los contenidos que ve (27%).
También ganaría si se supiese a ciencia cierta cuánta publicidad queda. Un 28% quiere un reloj contador y un 25% que se vaya haciendo una cuenta de cuantos anuncios quedan.
Un 22% quiere anuncios cuando pausa el contenido y un 20% que incluyan links a los productos.