Tom Peters ha sido el Michael Jordan del management. No fue él quien inventó la disciplina (mérito que corresponde a Peter Drucker) ni seguramente se le puede catalogar como el mejor consultor de todos los tiempos (¿Hay algún ranking de consultores como el de anotadores de la NBA?).
Tom Peters fue el primer gurú en publicar un best-seller mundial sobre gestión. Y con su sentido del show, consiguió hacer de sus charlas un espectáculo muy lucrativo. El modelo actual de gurú-publicalibros-conferenciante-cómomolanmisfrases fue un invento suyo. Por eso digo que es el Michael Jordan del management.
Su trayectoria arranca en 1982 con la publicación de En Busca de la Excelencia, un clásico del que se han vendido más de seis millones de copias. Leí ese libro durante mis estudios universitarios y me impactó.
Al grano
Tom Peters se ha enfadado ¡CONMIGO! Y parece que mucho. Explico lo que ha pasado:
Leo sus tweets con enorme interés. Y, con frecuencia, Peters habla sobre noticias que ha leído en papel. Se toma su tiempo en hacerlo: copia el titular completo, incorpora el número de página, etc. Un ejemplo:
Así que, amigos míos, el gran gurú de la innovación empresarial toma lo peor de los dos mundos: lee el periódico en papel, lo cual está muy bien. Pero tuitea sobre contenidos que no pueden leerse desde un móvil o un PC. Pierde mucho tiempo en el intento y su esfuerzo no tiene eficacia. Además se enfada cuando se lo dices...
A veces los usos menos esperados son los más inspiradores para generar innovación
Pero su respuesta ofrece un insight muy interesante: la necesidad de vincular los objetos que utilizamos en la vida analógica con nuestra presencia en las redes sociales, en el mundo digital. A eso se le llama ahora EL INTERNET DE LAS COSAS. El reto al que queremos dar respuesta en este momento es el de conectar las cosas físicas que manejamos con los datos que podemos extraer de esos objetos. El escenario que nos plantea el "Internet de las cosas" es el de millones de objetos que están conectados proporcionándonos datos en tiempo real.
La bipolaridad papel-Internet
¿Un ejemplo? Volvamos a Tom Peters y a su afición bipolar entre el papel e Internet.
Hace años que no leo un diario en papel. Cuando lo hacía, siempre echaba en falta un recurso para poder compartir por e-mail lo que estaba leyendo con mis contactos.
Una de las primeras ideas con las que jugué en mi cabeza consistía en que cada artículo del periódico tuviese un código único. Enviando ese código por SMS, el periódico me enviaría el artículo en formato digital y me cobraría un precio razonable: 25 céntimos, por ejemplo.
Pasó la moda de los SMS premium y seguí dando vueltas a la cuestión: ¿Cómo puede el texto impreso en papel traspasar las fronteras analógicas y permitirme compartir lo que leo con mis contactos en Internet?
Últimamente doy vueltas a la viabilidad de utilizar los códigos QR para conseguirlo. La idea tiene mejor pinta que la de los SMSs: escaneo el periódico con mi móvil y tengo la noticia para publicarla en Twitter. Alguien debería probar este concepto. Precisamente me cuentan que el difunto QUÉ los utilizó en su último rediseño.
Y estoy seguro de que a los medios de todo el mundo y a Twitter les interesaría dar un paso más: crear un módulo dentro de Twitter que permitiera sacar una foto al artículo y reenviarlo para que sea leído en su versión original. Podría ser una fuente de ingresos publicitarios muy interesante. Pedrojota, toma nota.
Así que era verdad: Tom Peters es EL GURÚ. Si alguien hubiera diseñado un método para conectar el periódico en papel con la red, nos habríamos evitado su enfado.
¿Más ideas para conectar el papel con el móvil y con las redes sociales?