Parece que los grandes grupos editoriales siguen sin encontrar la fórmula adecuada para rentabilizar sus inversiones y establecer modelos de negocio sólidos alrededor de sus ediciones digitales que no dependan exclusivamente de la publicidad online. Sin embargo, los modelos de pago por suscripción, al menos en nuestro país parece que tampoco están sirviendo para dar solución a este complejo dilema. Y es que quizás la cultura de lo gratuito está ya demasiado extendida como para que "pagar" por el acceso a la información a través de internet se convierta en una tónica habitual de la noche a la mañana.
No resulta nada extraño ni sorprendente que algunos de estos medios como "El Mundo" se dispongan a paralizar sus planes de cobro por contenidos en internet. Según avanzaba recientemente ElConfidenciaDigital.com, esto se debía principalmente a que Orbyt, su plataforma de contenidos para suscriptores parece no haber funcionado como se esperaba puesto que nadie pagaría 10 euros al mes por leer los contenidos de su periódico. "No hay cultura de pago en España" apuntaban. De sus 80.000 usuarios, solo unos 40.000, son exclusivamente de pago pero la cuota anual que abonan es tan reducida que el proyecto no obtiene los resultados económicos esperados.
El propio Pedro J. Ramírez era claro en este sentido al asegurar que aunque "las cifras de lectores pueden concebirse como un éxito, es un fracaso comercial”.Las cuentas no salen y España no es Estados Unidos. Las reacciones sobre todo ello resultan sin duda variopintas. Mientras que para algunos, el tema de la cultura de pago en España resulta "una chorrada" para justificarse, otros ponen como ejemplo la diferencia del coste de este tipo de suscripciones, 15 euros, respecto a los 10 dólares de media en EE.UU.
Lo que parece sin duda irremediable, es que muchos de los medios digitales y grandes cabeceras presentes en internet terminen por adoptar este tipo de modelo de pago por el acceso a sus contenidos. Tarde o temprano, todos terminaremos por pagar al igual que ocurre ya con las tan de moda apps móviles. Así pudimos analizarlo en un interesante artículo bajo el título "La nueva era del contenido 4.0 y el acceso a la información de pago se acerca". En el mismo artículo, se mencionan algunas claves interesantes y nuevamente declaraciones del propioPedro J. Ramírez recogidas por PeriodistaDigital. El director de ElMundo, ponía de manifiesto como este escenario y el hecho de distribuir contenidos de alto valor añadido a través de canales gratuitos se había convertido en un "errorcolectivo extraordinario" del que ahora muchos editores quizás se lamentan. Sin embargo, puede que aun estemos demasiado distantes de encontrar la fórmula más adecuada que nos permita encajas todas las piezas ¿o tal vez no?
Frente a los tradicionales modelos de pagos por suscripción, comienzan a emergen nuevos modelos alternativos como el de los denominados micropagos. La solución podría llegar de manos decompañías como Google que durante el pasado año comenzaba la puesta en marcha de su propio sistema de micro-pagos denominado Google Wallet, perfectamente integrado con la tecnología móvil actual. De hecho, recientemente Google ponía en marcha de forma experimental, un sistema de micro-pagos basado en Google Wallet para acceder a los contenidos en Internet con precios que podrían oscilar entre los 0,05 dólares y los 0,99 dólares por artículo o contenido.
Esta podría ser sin duda una solución que la mayoría de medios de comunicación podrían adoptar de forma coordinada y masiva. ¿Pero cómo harían los medios de pago para contrarrestar y competir a los que pretendan mantener su filosofía gratuita?. Sospechamos que con la técnica del estrangulamiento. Es decir, devaluando el precio de su publicidad hasta límites insospechados para aumentar su beneficio a través del pago por acceso a la información. Cuando esto suceda, esta será sin duda la tendencia excepto para aquellos que pretendan realizar tal labor por amor al arte sin que por ello resulten una amenaza seria para los verdaderos medios de comunicación masivos.
El aspecto psicológico de los micropagos frente a lo modelo de suscripción
Para entender estos aspectos psicológicos podríamos recurrir a algún ejemplo práctico. Quizás algo exageradopero útil para lograr entenderlo. Recurramos para ello a la figura del fumador. Su gasto medio podríamos establecerlo en unos 3 euros diarios en muchos casos. Sin embargo, puede resultar habitual que en muchas ocasiones, estos fumadores no estén dispuestos a realizar una compra que requiera un coste mucho mayor, por ejemplo de 60 euros, por considerar este como un gasto demasiado elevado. Sin embargo, el gasto total acumulado por la adicción al tabaco estaría rondando los 90 euros mensuales.
Este fenómeno ha sido analizado con frecuencia entre los hábitos de los usuarios móviles y sobre todo entre aquellos más jóvenes. La implantanción de un sistema de micropagos o pagos reducidos, podría servir tal vez para impulsar una nueva industria del acceso a la información bajo este modelo de negocio. Sobre todo porque los propios medios no limitarían su target de audiencia exclusivamente a las personas de mayor poder adquisitivo, sino que se establecería un nuevo modelo ideado para todo tipo de usuarios siempre que estén dispuestos a pagar por ello.
Sin embargo, hemos de ser realistas y entender por supuesto, que con ello, los grupos mediáticos no tratan de hacer la información más accesible a todo el mundo. Se trata de sostener los pilares de negocios a los que se les exige a su vez ciertos niveles de calidad, profesionalidad y exclusividad en sus informaciones y contenidos. Poco o mucho, la pregunta del millón sería ¿Estamos dispuestos a pagar por ello? ¿Sería la fórmula de los micropagos una mejor solución a los modelos de suscripción actuales de coste fijo?