Por Redacción - 7 Junio 2016
Pocos cuando empezó a aparecer la red podían prever en qué se iba a convertir y en la importancia que iba a tener y quienes menos parecían estar viendo el potencial que esta tenía y cómo iba a cambiar las cosas eran los medios de comunicación. En ¡La exclusiva!, una novela de Annalena McAfee, se puede ver perfectamente cómo ocurrió. La novela sigue a una periodista amarilla de un tabloide británico dentro de un grupo de medios inglés de finales de los 90 (y sí, la autora trabajaba en uno de esos grupos).
La historia se centra en cómo se deforma la realidad para que sea más amarilla y venda más, pero de fondo se puede ver cómo el periódico tiene que enfrentarse al cambio digital. Al principio, el equipo de internet está en el sótano, ocultos, un poco como los informáticos de la serie The IT crowd, que viven en una oficina sin ventanas. Nadie les da mucha importancia, aunque la responsable del equipo es una chica ambiciosa. Cuando llegamos al final del libro, el equipo de internet ha pasado de ser algo "experimental", como decían siempre los directivos, a convertirse en la gran promesa de futuro y a desplazar a muchos de los departamentos de siempre. Y muchos de los periodistas que trabajaban en ellos ni han sido conscientes de lo que estaban cambiando las cosas ni han estado preparados para el cambio.
La novela es un ejemplo bastante bueno para ver cómo ocurrieron las cosas y para ver cómo los medios no siempre estuvieron alerta a lo que la red ha implicado. ¿Qué periodista que haya empezado a trabajar a principios de este siglo y qué era ya un casi nativo digital no ha pasado por alguna redacción - de papel - en la que internet se veía como una tontería irrelevante? "No hay actualidad suficiente como para que tengamos un boletín online", podría haber escuchado en ese momento, sorprendiéndose de que en ese lugar en el que estaba haciendo las prácticas las cosas pasasen aún despacio y, sobre todo, que no se viese la necesidad de entrar en internet.
Ahora, años después, las cosas han cambiado por completo y posiblemente quienes no veían la necesidad de entrar en la red hayan tenido que hacerlo casi de cualquier modo o se hayan visto abocados a desaparecer. Internet ha cambiado por completo el mundo de los contenidos y ha modificado absolutamente el modo en el que los consumidores acceden a la información, haciendo que las dinámicas informativas y los tiempos sean completamente distintos. Como me decía una vez una periodista con una carrera 100% online, bien era capaz de comprender por qué los ciudadanos habían dejado de comprar periódicos de papel. ¿Por qué iban a comprar algo que decía lo mismo que ella y otros periodistas como ella habían contado 24 horas antes?
Las cifras y las estadísticas ayudan a ver mucho más claro el cambio y a comprender que se ha emprendido un camino que posiblemente no tenga vuelta atrás. Es lo que ocurrió al fin y al cabo cada vez que apareció un nuevo medio, aunque internet ha hecho los cambios más rápidos, más revolucionarios y con un alcance más masivo, cambiando por completo cómo se producen y cómo se consumen los contenidos.
Una de las últimas fuentes de datos estadísticas sobre cómo ha cambiado el mundo de los medios llega desde Estados Unidos y, aunque los datos son de ese país, permiten ver claramente qué ha pasado. Según los datos del US Bureau of Labor Statistics, entre 1990 y 2016 la industria de los periódicos se desplomó en un 60% en peso laboral. Los 458.000 trabajadores que tenía en 1990 se han convertido ahora en solo 183.000, una desaceleración impresionante. El número de trabajadores de los periódicos tradicionales es ahora 2,5 veces menos que 1990.
Pero al mismo tiempo que la industria de los periódicos caía, internet iba en aumento. En 1990 solo trabajan 30.000 personas en los medios en internet. En 2016 ya eran 198.000, o lo que es lo mismo 6,6 veces más trabajadores.
Al tiempo que unos perdían trabajadores y otros ganaban plantilla, como recuerdan en Engadget, los propios periódicos cambiaban de estrategia. Las grandes cabeceras estadounidenses (muy influyentes a nivel global) no solo han cambiado de modelo de negocio y no solo han modificado el epicentro de lo que es importante para ellos, pasando de centrarse en el papel a poner en primera plana sus ediciones digitales.
Cierto es también que este cambio no ha sido la solución a todos sus problemas y no ha sido la varita mágica que haga que las cosas pasen de un área a otra. Los grandes medios están afrontando grandes pérdidas, porque no han conseguido lograr los mismos ingresos en el mundo de internet que tenían en el mundo offline. Pero sea como sea, como apuntan en Engadget, las cosas han cambiado para siempre: los periódicos de papel han pasado a ser ya solo una forma secundaria de comunicación.