Por Redacción - 7 Marzo 2017
Los comentarios son uno de los elementos más importantes de internet. Los consumidores los valoran de forma decisiva a la hora de tomar decisiones de compra, ya que consideran que las opiniones de otros consumidores apoyan y refuerzan sus propias decisiones. Los consumidores consideran que a la hora de dar información los demás consumidores son mucho más sinceros y mucho más claros en lo que supone el producto y sus características. Además, los comentarios también se han convertido en una suerte de "esencia" de internet en muchos más ámbitos. Es lo que ocurre con los medios online, por ejemplo, donde los comentarios se han convertido en un elemento crucial, uno que los internautas quieren encontrar y en el que suelen querer participar.
Pero, a pesar de la importancia de los comentarios y del valor intrínseco que aportan, lo cierto es que los comentarios se han convertido también en una de las grandes pesadillas a las que se enfrentan quienes operan en la red. Los medios de comunicación digitales son el mejor ejemplo para comprender el potencial altamente negativo que pueden tener los comentarios y la paradójica situación en la que se encuentran, ya que no pueden eliminarlos de un plumazo (quienes lo han hecho han acabado teniendo que dar vuelta atrás y recuperándolos) y tampoco pueden dejarlos en el estado en el que se encuentran (ahí están, por ejemplo, todos los problemas que se generan asociadas a ciertas opiniones: los comentarios son muchas veces irrespetuosos y faltones).
A eso se suma otro elemento crucial y peligroso, la figura del troll. El troll es una suerte de extensión del universo creado por los comentarios, una suerte de figura inevitable del ecosistema. El troll opina simplemente por echar "leña al fuego" y funciona como un elemento incendiario y tóxico. Acabar con el troll es muy complicado y muy complejo y es uno de los elementos más problemáticos a los que se tienen que enfrentar medios y empresas online.
El comentario que no sabe de qué habla
Pero lo cierto es que ese no es el único foco de problema: los medios están convirtiéndose en la avanzadilla de un problema que también, aunque en menor medida, afecta a las empresas online. Y es que los comentarios se han convertido en un escenario para simplemente hablar uno sin tener en cuenta lo que se dice antes. Cuando se habla con periodistas que trabajan en medios online, esta suele ser una de las quejas recurrentes, sobre todo ahora que muchos comentaristas "actúan" en redes sociales. Los periodistas lamentan que muchos de los comentarios que se dejan en los links a las noticias son comentarios de personas que claramente no han leído la noticia, como se puede ver cuando puntualizan cosas que ya están puntualizadas en la noticia en cuestión o cuando dejan comentarios que no tienen nada que ver con lo que se ha publicado.
La cuestión ocurre sobre todo en los perfiles sociales, pero también en las propias noticias en sí. Muchos comentarios apuntan cuestiones y señalan cosas que no tienen nada que ver, haciendo pensar que o bien se ha leído la noticia demasiado por encima o no se ha leído en absoluto (o, como apuntan algunos periodistas cuando se tienen conversaciones con ellos sobre el tema, se ha leído y no se ha comprendido en absoluto lo que está escrito). Esos comentarios a veces llegan hasta a generar un debate que no tiene nada que ver con lo que está allí escrito o que hacen que se siga hablando de algo que en realidad el comentarista no comprendió o sacó de su propia cosecha, desvirtuando por completo lo que está ocurriendo.
El problema es sobre todo patrimonio de los medios, pero no solo de ellos. De hecho, no hay más que darse una vuelta por algunas tiendas online para ver que en los comentarios ya hay valoraciones muy negativas y comentarios muy críticos (que hacen que, por ejemplo, las estrellas de un producto se desplomen) y, cuando se lee con calma a qué vienen esas críticas, se puede ver que en realidad no tiene nada que ver con el producto en cuestión (un clásico en sites como Amazon, por ejemplo, es encontrar a quien dio una estrella a algo porque tardó en llegar a su casa, cuando eso no tiene nada que ver con el producto por él mismo).
El periódico que te hace un examen
¿Cómo acabar con este problema y cómo asegurar la legitimidad de los comentarios? En algunos sites online de compras, indican a sus consumidores si el consumidor que hace la crítica compró o no, aunque no necesariamente esto acaba con el problema.
Un site noruego podría estar marcando la pauta del futuro con su propuesta. NRKbeta, un medio especializado en tecnología, no deja a sus comentaristas comentar hasta que pasan un test (breve) para demostrar que han leído un contenido. "Pensamos que debíamos hacer nuestro trabajo intentando asegurarnos que la gente está en el mismo terreno antes de comentar", explica a NiemanLab un periodista del medio. El test no solo asegura que han leído y comprendido lo que han leído, sino también da tiempo a que se enfríen los ánimos. Es decir, el comentario incendiario baja de tono por el tiempo entre el comentario y el momento en el que se quiso hacerlo.
La idea partió de experiencias previas, cuando los contenidos derivaron en hilos de comentarios agresivos y hasta ataques entre los comentaristas. En realidad, esta es una más de muchas más (Google está probando a usar la inteligencia artificial para moderar comentarios, por ejemplo), aunque el hecho de que haya saltado a los medios estadounidenses y que haya servido para generar un nuevo debate sobre el tema podría impulsar nuevamente más interés sobre la cuestión.