Por Redacción - 23 Enero 2020
Hace poco menos de dos años, una decisión del Tribunal Supremo tumbó el llamado canon AEDE, partiendo de un defecto de forma. Poco después, las decisiones normativa de la Unión Europea también hacían que el formato dejase de tener base.
La idea detrás del canon AEDE - que también se conoce como tasa Google por el objetivo principal que quería conquistar - era la de que los medios de comunicación online estaban perdiendo dinero por el papel de los sistemas de enlazado de contenidos y que funcionaban como una competencia desleal, ya que daba acceso a los internautas a las últimas noticias canibalizando, aseguraban, el trabajo que hacían los medios. Google News indexaba fotos, titulares y un breve párrafo de la noticia, algo que los medios acusaban que iba en contra de sus derechos.
Básicamente, la idea estaba en llevarse una parte de la tarta publicitaria que se estaba comiendo Google partiendo de esa situación. La tasa obligaba a los servicios de indexado a pagar una cuota por los links subidos y publicados. A Menéame, de hecho, Cedro le había pasado una factura de 15.000 euros por un año de actividad y exigido el 7% de los ingresos anuales de los años posteriores.
A Google no le pudieron pasar ninguna factura porque, cuando la ley entró en vigor, desactivó directamente el servicio de Google Noticias en España (y desactivado sirve). De forma inmediata tras su cierre, los medios online españoles perdieron entre el 10 y el 15% de su tráfico, que era el que les aportaba de media Google News.
Entonces, el debate se centraba en determinar si había una base realmente ética y legal en el movimiento y en la posición, pero también en analizar si en realidad los medios online - o mejor dicho, las versiones online de los medios tradicionales, que son los que han protagonizado las campañas de presión y se han posicionado contra este tipo de servicios - se estaban en realidad tirando piedras contra su propio tejado.
La caída de tráfico que siguió al apagón fue una llamada de atención, pero lo cierto es que los estudios han ido demostrando que los agregadores más que enemigos de los medios son una palanca para llegar a ellos.
El último estudio sobre la materia ha sido elaborado por dos especialistas de la Queens University y de la Universidad de Barcelona y acaba de aparecer en la revista especializada Marketing Science. El estudio ha usado el histórico de datos que ahora, años después, se tiene tras el cierre de Google News en España (que fue en diciembre de 2014), comparándolo con los datos que lograron en el mismo espacio de tiempo los medios online de Francia e Italia. En esos dos países, Google News seguía funcionando.
Comparando el tráfico diario logrado por los medios españoles - sin Google News - y los medios franceses e italianos - con el servicio-, los investigadores concluyeron que en España los medios perdieron entre el 8 y el 14% de las visitas.
Los medios que sufrieron de forma más clara las consecuencias del apagón fueron la prensa deportiva y la prensa local, según las conclusiones del estudio, y no tanto las cabeceras de ámbito estatal o las económicas. Así, los principales perjudicados por el apagón fueron los medios más pequeños y aquellos que de forma orgánica tienen un alcance mucho más local.
La caída no fue solo de visitas, sino que tuvo consecuencias también económicas para quienes la sufrieron. El estudio concluye que los medios vieron una caída de los ingresos publicitarios, lo que también hizo que protagonizaran un crecimiento de la publicidad presente en las cabeceras (una reacción recurrente cuando hay una crisis publicitaria: los medios intentan cubrir lo perdido poniendo más anuncios que generen ese dinero desaparecido).
Además, la investigación también señala otra cuestión. En su análisis han concluído para qué sirven los agregadores de noticias y cómo los emplean los internautas. Para ellos, son simplemente la vía para acceder a contenidos y para descubrir noticias.