Montar una tienda on-line es fácil, rápido, cómodo, ecológico (no hay que desplazarse) y sobretodo barato. Montar una tienda física (off-line) no lo es tanto. Al menos hasta ahora. No podemos presumir en España de ocupar puestos destacados en lo que a simplicidad y agilidad para crear empresas se refiere porque un emprendedor no sólo combate contra las demoras de las licencias de apertura.
Gracias a la licencia "exprés" se ha permitido reducir de diez meses a diez días el tiempo necesario para poner en marcha un comercio, y el gobierno está empeñado en que esto acabe siendo en 24 horas lo cual no parece ser algo negativo a priori. Lo que sucede es que para montar una empresa no sólo hace falta una licencia de apertura. Es más, en casi todos los pueblos esto no suponía ningún problema, puesto que aunque tardaran 10 meses en enviarte la licencia de apertura, desde los ayuntamientos no se solían poner inconvenientes cuando uno abría la tienda y esperaba a que la licencia llegara. Se entendía la situación y la necesidad del emprendedor. Por otro lado, las grandes superficies sí podían tener este inconveniente, aunque una vez más, los ayuntamientos muchas veces hacían la vista gorda y en cuestión de días después de tramitar la licencia, el centro comercial de turno ya estaba abierto. Eso sí, algunos hasta abrían sus puertas funcionando con generadores eléctricos porque no disponían de acometida eléctrica. Aunque la burocracia dijera otra cosa, esta era la realidad. Por tanto, ¿a quién beneficia esta medida anunciada como uno de los motores de salida de la crisis?
Montar una tienda física genera empleo, aporta vitalidad y luz a la ciudad, pero no es tan fácil. Y la gran responsabilidad de estas trabas ha residido hasta ahora en la administración pública y la manera de gobernar.
Ahondando en otro tipo de datos más allá de los que aportan la licencia exprés debemos saber que, según el Informe Doing Business elaborado por el Banco Mundial (DB RANK 2012), España ocupa el lugar 133 en cuanto a facilidades para montar una empresa. Estos son algunos de los motivos:
A esto habría que añadirle una reflexión. ¿Qué pasa con aquellos comercios que abren y cierran en cuestión de 2 ó 3 meses? ¿Se favorecerá una explosión de conceptos POP-UP al límite de la ley? Perjudicará a aquellos comercios que, ya instalados, tienen todo en regla y no han dejado de hacer frente a sus obligaciones fiscales, laborales, etc.?
Las reformas que faciliten la creación de empresas y la agilización burocrática serán bienvenidas por los empresarios y emprendedores pero no nos podemos conformar con lo superficial porque facilitar la creación de empresas es facilitar el acceso al crédito, agilidad en permisos de obra, capital necesario, contratación de personal o relación con proveedores.
Lo fácil y mediático es liberalizar horarios y crear licencias exprés pero lo difícil sigue siendo conseguir un compromiso total y absoluto con los emprendedores para que sólo se tengan que preocupar de generar valor y riqueza para la sociedad a través del talento, el esfuerzo y la innovación.