Por Redacción - 2 Octubre 2013
Recientemente ya recordábamos el hecho de cómoobsesionarse por medir el ROI, siendo esclavos del mismo, pudiera no ser lo más aconsejable. Algo que en muchas ocasiones nos puede llevar a perder de vista otros objetivos y aspectos importantes. Evidentemente, esto no implica que el ROI no deba de ser un aspecto a tener en cuenta, y por supuesto, algo realmente importante a la hora de planificación o analizar las diferentes estrategias que puedan desarrollarse o poner en marcha.
Sin embargo, a pesar de que todos terminando esperando un retorno de nuestra inversión y de los esfuerzos realizados, este retorno puede tardar en llagar. Es decir, no es inmediato. Muchas acciones dan sus frutos a medio largo plazo. Aun así, lo deseable es conocer cómo pueden llegar a repercutir dichas acciones en nuestro balance de resultados.
Para ello, conviene sentarse y analizar múltiples aspectos. El primer paso es conocer las redes sociales y analizar el uso que se está haciendo de ellas. Inicialmente puede que nos sirvieran como canal para difundir contenido, dar a conocer nuestros productos o ampliar la notoriedad de nuestra marca, pero además de ello, también habremos conseguido establecer y mejoras las relaciones y vínculos con nuestro público objetivo, los consumidores y potenciales clientes. Es decir, que más allá de las ventas o la intención de vender de una forma directa e inmediata, podemos convertir este tipo de plataformas en auténticas herramientas de fidelización.
Como como todos sabemos, la gran mayoría de redes sociales son gratuitas, pero gestionarlas adecuadamente puede requerir de una inversión de tiempo, profesionales y recursos, que al final se traducen en dinero. Para ello necesitamos personal, que genere conversaciones e interacciones o contenidos, y que serán el combustible que haga funcionar nuestra máquina para convertirnos en una empresa realmente social. Todo ello tiene un valor, que conviene medir, con el fin de averiguar si es posible destinar más recursos, o si por el contrario hay que orientarlos en otra dirección.
Los Social Media no son un pozo sin fondo, sino que también se obtienen beneficios de la actividad que podamos llegar a desarrollar.
El propio análisis de los usuarios nos permite conocer sus características, necesidades y hábitos de consumo, así como detectar tendencias. Las redes sociales, en sí mismas, actúan como un escenario en el cual, realizar determinados análisis y estudios relacionados con nuestro sector o mercado, y que a su vez nos permitan conocer realmente al público objetivo al que dirigimos nuestras acciones. Con esta valiosa información no solo se podrá optimizar la estrategia, sino descubrir oportunidades de negocio, y cómo adaptar el producto al comportamiento actual de los clientes.
Un estudio en profundidad de la tasa de respuesta de los clientes permite averiguar qué acciones obtienen mejores resultados, o dónde se están malgastando los recursos. De este modo será posible reforzar la estrategia, aprovechando los puntos fuertes y reorientar la distribución presupuestaria, así como encontrar otras fórmulas para reducir la inversión. Sin embargo, el hecho de no generar ventas directas o instantáneas no implica que estemos tirando nuestro dinero. De nuestro esfuerzo podemos extraer otros múltiples beneficios.
Evaluación y optimización constantes
La principal ventaja del medio online es que permite adaptarse a los cambios en tiempo real. Para ello, es preciso practicar la monitorización permanente, detectar fisuras en la estrategia y ajustar las acciones en función de cómo reaccionan los usuarios.
Lo que sí es cierto es que las redes sociales exigen una dedicación permanente. No es cosa de programar, y desentenderse. De este modo se controlan mucho mejor los resultados y se desarrolla la capacidad para detectar oportunidades. La propia experiencia facilita un mayor aprovechamiento de las redes sociales, lo que revierte positivamente en la empresa. Conviene tener presente que las redes sociales son una carrera de fondo, y solo llegará a la meta quien sepa dosificar sus esfuerzos y estar siempre ahí.