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Las redes sociales ya forman parte de nuestro día a día, también dentro del entorno laboral y como tales conviene admitirlas. Un hecho que, lejos de suponer inconvenientes y perjudicar la actividad laboral, pueden utilizarse como una eficiente vía de comunicación, que permita desarrollar las habilidades comunicativas y mejorar la conexión social dentro de la empresa, a todos los niveles.
Los datos de Roythornes muestran que el 75% de los empleados accede a diario a sus perfiles sociales durante la jornada laboral. Una actividad que produce cierta sensación de intranquilidad en la empresa, dada la falta de control o regulación sobre este hecho. Todavía un 2 de cada 3 empresas carece de una política de uso y regulación de las redes sociales en el trabajo.
Una de las medidas que utilizan las empresas para regular la actividad social de sus empleados dentro del entorno laboral es la de imponer serias restricciones en el uso de los dispositivos móviles en el trabajo. Así, cerca del 55% de las empresas cuenta con ciertas medidas al respecto, lo que supone un 30% más que el año anterior. Además, un 32,5% de las empresas admite que registra la actividad social de sus empleados en el lugar de trabajo.
En cambio, las marcas sí desarrollan una presencia activa en las redes sociales. El 79,3% tiene su perfil corportativo registrado en Facebook, un 72,1% en Twitter y más de la mitad de ellas (59,5%) utiliza LinkedIn dentro de su estrategia de Social Media. Otra muestra de la importancia de estos canales 2.0 para las marcas ha sido la rápida adopción de Google+ (24,3%) y YouTube, como vías efectivas para llegar a la audiencia.
Las empresas son conscientes de los riesgos que conlleva la exposición de su marca en las redes sociales. Por ello, un 45% monitoriza su presencia online, más allá de su propia web. Se trata de una actividad que ha creciendo un 10% año tras año; pese a lo cual, todavía podemos encontrar que un 25% de las empresas no se preocupa por ello.
Sin embargo, las redes sociales no han de considerarse como una amenaza dentro del entorno laboral, sino como una útil y efectiva herramienta de comunicación. Utilizadas adecuadamente, constituyen una vía para mejorar la comunicación, tanto a nivel interno, entre departamentos, como la relación con clientes y proveedores. Por desgracia todavía los altos ejecutivos no son capaces de apreciar su alto valor. Todo depende de generar una corriente positiva hacia su implantación y fomentar un uso efectivo y responsable de las mismas.
El estudio ya publicado el pasado año por Madison Performance Group señalaba que 2 de cada 3 empleados comprometidos con su empresa actúan como los principales embajadores de la marca; conocen de cerca tanto a la marca como a sus clientes, y además mostraron una actitud favorable a recomendar la empresa en su entorno; se trata de un gran activo que a la empresa no le conviene despreciar. Además, estos trabajadores comprometidos con la marca son hasta un 38% más productivos; todo ello pasa por que la empresa se preocupe por fidelizarlos y que se sientan parte integrante de la organización. Unas conclusiones refutadas por la macroencuesta global publicada por Microsoft en octubre.
Según destacaba Ryan Holmes, CEO de Hootsuite en un artículo para Forbes a finales de año, el Social Media se constituirá como una herramienta de productividad en la oficina; un a vía para favorecer la comunicación interna y multipersonal; tanto a nivel interno como en la relación con el cliente. Es el mejor modo de empatizar con los usuarios, y generar engagement.
Por tanto, la prohibición no siempre es la mejor vía para evitar el problema. Laborum.net recogía en su encuesta que el 45% de los empleados admitía que revisaba sus redes sociales a espaldas de su jefe. Por su parte, el 46% de las empresas encuestadas por Amárach admitía que no contar con estas medidas generaba malestar interno y situaciones incómodas.
Más que considerar a las redes sociales como un arma de distracción masiva para los empleados, conviene molestarse en examinarlas más de cerca y aprovechar su potencial social en beneficio de la empresa.
