Son muy habituales los Expedientes de Regulación de empleo en nuestro mercado laboral. Están siendo muchos los trabajadores/as que se ven afectados por esto expedientes y que como consecuencia de esto pierden sus empleos, pasan a engrosar la lista del paro y su nueva condición laboral tiene ciertas consecuencias que creo no se han destacado de manera adecuada para la empresa que realiza dicho ERE. No, no te has equivocado, no estás en la sección de laboral, estás en la sección de marketing.
Todos sabemos que de la multitud de ERES que se practican en la actualidad en España, no todos tienen el mismo sentido, quiero decir, no todos se justifican de la misma manera. Mientras que hay algunos que son absolutamente necesarios para la viabilidad de la empresa, para poder sobrevivir, existen otros que poseen finalidades mucho más mundana e incompresibles desde la perspectiva de la comunidad y mucho menos compresible desde la óptica de los propios trabajadores, aunque estos ERES son bien recibido por los accionista en la mayoría de ocasiones que se producen. Pues bien, me gustaría centrar mi mirada comercial de esta semana en esos ERES que realizan empresas con beneficios, atendiendo a propósitos meramente de costes y aprovechando una legislación benévola con dichas intenciones.
Como sabes desde el punto de vista del marketing, la imagen de marca de una empresa depende de muchas cosas, de lo que dice, de lo que piensa, pero sobretodo de sus comportamientos. La imagen de marca de una empresa es unos de los principales activos que puede poseer esta organización. Una marca no se crea desde un despacho donde un señor o señora decide como obligar a ser percibido de manera adecuada por parte del cliente, del usuario, del consumidor, del prescriptor. Esto no funciona así, sería demasiado fácil la aplicación de un buen marketing, sino que es el cliente es el que decide posicionamiento de esa marca, según la perciba, según los mensajes que reciba de esta. Es por lo tanto importante que lo que trascienda al mercado, a los clientes sea del agrado de este para lograr un posicionamiento “privilegiado” en sus mentes. Cuando el mercado ve que hay empresas que se desprende, en un momento muy difícil de sus trabajadores, para conseguir aumentar aún más su beneficios, o aprovechar el momento legislativo para deshacerse de costes laborales o de personas, que hace poco tiempo no convenía despedir, por el alto coste que suponía, pero que ahora es muy asequible con las nuevas condiciones de despido, cuando el mercado ve esto, se desata una guerra comercial en contra de la marca de esa empresa.
El mercado cuando observa que una empresa va en contra de los intereses de la comunidad y sólo piensa en la cuestión económica propia, pasa factura. Siempre lo he dicho, el mercado tarde o temprano pasa factura a aquellas organizaciones que tienen un sentido egoísta de su implantación en los mercados. Esto ERES que tienen un sentido meramente reduccionista de costes tendrá un impacto importante en su imagen comercial y por ende en los resultados que esta imagen genere. Piensa que se deshace de trabajadores que obviamente, aparte de las manifestaciones, huelgas y repercusión en medios de todo esto, desprestigiaran en la media de sus posibilidades la imagen de marca, su comportamiento y su forma de entender el trato a trabajadores. Esto crea en la sociedad que ante esta tesitura todos aquellos que se sientan sensibilizados con esta situación prescindirán de los productos que estas empresas comercialicen, perderán credibilidad en su capacidad de mensajes, serán identificado como aquellos “buitres” que solo pretenden ganar dinero a costa del dolor y tragedia de otros. El mensaje que se envía al mercado es si no les importa sus trabajadores porque habría de importarles sus clientes, si el objetivos solo es ganar dinero y harán lo que sea para esto. Esto, en estos días, no se perdona, quizás en épocas de bonanza pasara más inadvertido, hoy día no. El branding que funciona, que cala en los mercados es el que muestra y se preocupa de encontrar un equilibrio de intereses entre comunidad, producto, trabajadores, accionistas y clientes, maltratar alguno de ellos lo pagará muy caro la marca.
Por otro lado, las empresas no se dan cuenta que cuándo se pretende reducir costes laborales, y hay que decir que siempre no lo hacen de forma adecuada, sino que deja afectada la operativa de la propia empresa y su capacidad de funcionamiento, pero además de todo ello, con más gente con menos posibilidades económicas debilitan la capacidad de demanda y que con esta actuación provoca un “boomerang”, menos recursos en la comunidad, menos demanda , menos compra con lo se verá afectado negativamente a su resultados comerciales, ¿no se dan cuenta de eso?, ¿cómo realizan acciones que significan morder la mano que te da de comer?. Reducción de imagen de marca, perdida de credibilidad, en muchos casos, pérdida de eficacia operativa, reducción de demanda en el mercado donde comercializas, no parece que sea un buen negocio comercial realizar ERES para reducir el coste laboral y mostrar mejores números a los accionistas, puede que lo consigas este año, quizás el que viene ya no estés…