Por Redacción - 19 Marzo 2014
La profesionalidad del máximo responsable del área de marketing de una empresa no reside únicamente en sus años de experiencia, titulaciones universitarias o estudios de postgrado que muestre su flamante currículum. En los últimos años el rol del director de marketing de cualquier organización ha cambiado radicalmente; el mercado demanda profesionales con habilidades muy precisas.
A la hora de ser capaz de gobernar el buque que permita que su empresa destaque en su sector y ocupe un puesto preferente en la mente de su público objetivo es necesario que posea ciertas habilidades específicas, recogidas por CMO.com.au a partir de la propia percepción de estos profesionales:
Poseer un cerebro analítico a la par que creativo. Un buen dirigente del equipo de marketing de una empresa ha de tener al capacidad para concebir y saber valorar las nuevas propuestas, soñar con ideas revolucionarias y no contentarse con seguir el camino trazado. Del mismo modo, ha de tener los pies en el suelo para valorar la idoneidad de las acciones y evaluar su impacto. Este espíritu inquieto, a la par que racional será la combinación perfecta para protagonizar grandes hazañas.
Integrarse dentro del resto de departamentos. El departamento de marketing ya no es un área aislada de la empresa, con la que apenas se cuenta en última instancia, para que cree "algo bonito" en torno. Hoy en día el marketing debe formar parte del propio desarrollo del producto, estando presente desde su concepción inicial. Por ello, el director de marketing debe ganarse la confianza de sus iguales en el resto de áreas de la empresa, de tal modo que sus aportaciones sean tenidas en cuenta y posea la capacidad para intervenir en los procesos.
Agilidad para adaptarse rápidamente a los cambios. El mundo del marketing sufre un constante proceso de evolución. Lo cual obliga a permanecer alerta y adelantarse a las tendencias. Por ello, su primera cabeza visible debe enarbolar la bandera de la innovación, saber identificar con antelación la demanda y generar nuevas acciones que mantengan a la empresa en primera línea de fuego.
Capacidad para manejar cifras. El marketing no es solo conceptos e ideas ingeniosas, sino que se basa en puro análisis, estrategia y planificación. Algo que a día de hoy resulta imposible, sin estar familiarizado con los números. El cerebro analítico que comentamos en el primer punto ha de servir para extraer conclusiones a partir de las grandes cantidades de datos que continuamente se generan en torno a la marca. La información es poder, y hay que saber hacer un buen uso de él.
Sentirse identificado con el cliente. Hoy más que nunca, el cliente ha de ser el eje central de toda estrategia. El director de marketing ha de estar plenamente comprometido con él, desarrollar un carácter empático y sentir como él. Solo de esta manera será capaz de diseñar una estrategia efectiva, alineada con las necesidades y comportamiento de su público objetivo.
Tener una clara visión y carácter de líder. Un buen director de marketing ha de actuar como un auténtico líder de equipo, conseguir motivar a su departamento y crear un grupo cohesionado, con un objetivo común: esa visión que le guiará a lo largo de toda su trayectoria en la empresa. Gracias a esta postura se ganará la confianza de los miembros de su equipo, y conseguirá contagiar su mismo entusiasmo y visión.
Trabajar en equipo. Al margen de ser quien libere su departamento, para alcanzar la plena integración debe saber actuar como uno más. Aunar esfuerzos y ser un claro ejemplo de espíritu colaborativo; de parte integrante de un equipo bien estructurado y unido, que avanza al unísono en la misma dirección.
Pasión por aprender. El máximo responsable del departamento de marketing no puede quedarse obsoleto, o perder la curiosidad por conocer todo aquello que le rodea. La inquietud por estar al día y aprender cosas nuevas no puede faltar; se trata del aliciente que fomenta la innovación, que impulsa a la empresa a mejorar y acercarse cada vez más al cliente.