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Por Redacción - 12 Diciembre 2023
En un giro sorprendente, Puma, la famosa marca de ropa deportiva alemana, ha anunciado que pondrá fin a su patrocinio con la selección nacional de fútbol de Israel el próximo año. Según un comunicado de prensa emitido por un portavoz de la compañía, la decisión se tomó antes del ataque de Hamás el 7 de octubre, como parte de la nueva estrategia de Puma, denominada "menos, más grande, mejor".
El portavoz reveló que, a pesar de la finalización del contrato con la selección israelí, Puma tiene planes de revelar dos nuevos equipos nacionales, incluyendo uno con un enfoque especial, a finales de este año y en 2024. Al mismo tiempo, se informó que los contratos con algunas federaciones, como las de Serbia e Israel, expirarán en 2024.
La medida de Puma, que se anticipaba desde 2022, ha sido objeto de cobertura por parte del Financial Times, siendo la primera fuente en informar sobre esta decisión de la marca de ropa deportiva. La estrategia de "menos, más grande, mejor" de Puma, según el portavoz, se ajusta a los plazos habituales para el diseño y desarrollo de las camisetas del equipo.
El Movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS), liderado por los palestinos, ha instado al boicot de Puma desde antes del ataque de Hamás en octubre. Esta controversia ha llevado a un aumento significativo en los llamados de boicot, que se han expandido más allá de Puma, abarcando otras empresas y productos. La ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza, posterior al ataque de Hamas en el sur de Israel, ha intensificado aún más estos llamamientos y ha generado debates sobre la relación entre empresas internacionales y conflictos políticos regionales.
La decisión de Puma de poner fin al patrocinio de la selección de fútbol de Israel se suma a la lista de eventos que han llevado la política al mundo del deporte y los negocios, generando preguntas sobre el papel de las empresas en asuntos geopolíticos sensibles.
Impacto en Empresas Occidentales y Respuestas en Diversos Países
La decisión de Puma, llega tras los efectos producidos por las campañas de boicot que se desencadenaron el pasado mes noviembre pasado. Lideradas por la población árabe en protesta por la ofensiva militar israelí en la Franja de Gaza, estos boicots están generando impactos significativos en empresas occidentales. Un recorrido por las calles de El Cairo, Egipto, revela sucursales desiertas de cadenas de comida rápida como McDonald's, indicando una clara respuesta al llamado de boicot.
Las marcas occidentales están experimentando dificultades especialmente en Egipto y Jordania, y existen señales de que la campaña se está expandiendo a otras naciones árabes, incluyendo Kuwait y Marruecos. Esta reacción se ha dirigido principalmente a empresas que han adoptado posturas proisraelíes o tienen vínculos financieros con Israel.
En Jordania, la cadena estadounidense de cafeterías Starbucks también se ve afectada, con informes de clientes inconformes instando a otros a consumir en otro lugar. Además, se han observado impactos en el sector de pagos con tarjeta, donde los turcos desafían los sistemas de pagos occidentales boicoteando MasterCard y Visa.
Estos boicots se han expandido en naciones donde el sentimiento propalestino ha sido históricamente fuerte, a pesar de que Egipto y Jordania firmaron acuerdos de paz con Israel en el pasado. Las protestas reflejan la indignación por una operación militar israelí más devastadora que las anteriores, lo que ha llevado a una crisis humanitaria y la muerte de miles de civiles en Gaza, según las autoridades locales.
En Egipto, las repercusiones económicas de los boicots son evidentes, con un empleado anónimo de las oficinas corporativas de McDonald's indicando que las ventas de la franquicia egipcia han caído al menos un 70% en comparación con el mismo período del año anterior. Sin embargo, en algunos países como Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Túnez, los boicots no han tenido un impacto significativo.
La aceptación de los boicots ha sido desigual en todo el mundo, desde Turquía hasta México. En Turquía, los manifestantes han dirigido su enojo contra grandes marcas occidentales que han expresado apoyo a Israel. La Asamblea Nacional Turca incluso ordenó la retirada de productos de ciertas marcas de sus restaurantes. En México, el Comité por la Liberación de Palestina anunció un boicot contra empresas mexicanas que comercian con Israel, comenzando con una protesta frente a las oficinas de Cemex, a la que acusan de suministrar cemento para la construcción del muro en Cisjordania.
