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Cómo Amazon compra todos los dominios que podría hablar mal de ellos

Amazon no es la única marca que protege su marca a la hora de crear urls en internet

Por Redacción - 9 Septiembre 2014

¿Cómo conseguir que no hablen mal de tu marca? Existen varias maneras de atajar las crisis de reputación, como apostar por la transparencia, asumir los errores o pedir disculpas por las cosas mal hechas. Pero, como con los resfriados y como recomendaría cualquier abuela, más vale prevenir que curar y hay marcas que controlan el potencial de una crisis antes de que esta suceda. Amazon es una de las que lo está haciendo: si su servicio no convence o si se quiere hacer crítica de la compañía, conseguir una URL adecuada para lanzarse a despellejarla en la red será bastante difícil.

El departamento legal de Amazon ya se ha encargado de ello. La compañía compra todos esos dominios que pueden resultar más o menos preocupantes. Un tuitero lo descubrió con Amazonsucks.com y The Verge ha tirado el hilo con otros dominios en inglés con connotaciones negativas para la compañía. Pertenecen a Amazon, como demuestran los registros de Whois, screwamazon.com o amazonstinks.com. El medio estadounidense señala que Amazon aún no se ha hecho con los dominios con nombres más creativos.

Tampoco se ha blindado ante las críticas en otros idiomas. En castellano, es posible aún comprar amazonapesta.com (y en Whois hacen una oferta por menos de 12 dólares para ello) o amazonesunamierda.com. Solo hay que pasar unos minutos en Whois para encontrar otras variantes. Y si alguien quiere montar su propio Ikea Hackers con Amazon, aún podría: Amazonhackers.com también está libre.

Amazon no es la única marca que protege su marca a la hora de crear urls en internet. La historia de IkeaHackers es uno de los recientes ejemplos de cómo las empresas velan por su nombre en la red y por la explotación de su marca, aunque lo hayan hecho en este caso de una forma ni amistosa ni muy positiva.

Ikea ha lanzado una campaña mundial para acabar con las webs que usan su nombre, a pesar de que muchas de ellas son simplemente blogs de fans y de entusiastas de la marca que en realidad no estaban más que ayudando a crear marca. Piratas de Ikea, el blog español de acciones sobre muebles de la compañía sueca, se llama ahora Mi llave Allen (lo cambiaron cuando vieron lo que estaba pasando en la red, como explican en su web). E IkeaHackers, el blog más popular de todos los que existen en internet sobre los muebles de la firma, se convirtió en un quebradero de cabeza para la compañía sueca a principios de este verano. La multinacional decidió actuar contra ellos y la red se levantó contra Ikea. Los artículos sobre IkeaHackers se multiplicaron como setas (un claro caso de efecto Streisand) e Ikea se convirtió en la mala de la historia. Tanto es así que la firma sueca acabó dando marcha atrás. Y, por cierto, si todos estos nuevos haters de la marca sueca hubiesen querido montar una protesta, el dominio ikeasucks.com ya está registrado.

Lo mismo ocurre con googlesucks.com (comprado por Google) o con su variante para eBay (comprada por eBay). La práctica es habitual entre las grandes compañías, salvo con algunas notables excepciones. El de Apple, por otra parte, tiene toda la pinta de estar en manos de un particular. E Inditex, por ejemplo, podría tener algunos problemas si sus haters empezasen a comprar dominios.

Controlar la marca a todos los niveles

El control de cómo se explota la marca online no está solo ligado a las URLS sino también a todas aquellas cosas que pueden afectar a cómo se explota comercialmente sus servicios en internet. Amazon vuelve a ser nuevamente un ejemplo. Pricenoia acaba de anunciar su cierre, debido a los cambios que Amazon ha hecho para empujarlos a ello.

Pricenoia era un comparador de precios que funcionaba usando la API de Amazon y que vivía gracias a los beneficios de su programa de afiliados. Durante 10 años los usuarios podían comparar precios dentro de Amazon usando el servicio y con la redirección de las compras, Pricenoia se sostenía. Pero el boom de los comparadores de precios (y el hecho de que cada vez más personas comprasen a través de Pricenoia) ha hecho que Amazon haya cancelado todas sus cuentas de afiliados. El cierre es, como se acepta cuando se firman las condiciones del servicio, indiscutible.

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