Me gusta la calle, me gusta ver a la gente ir de un sitio a otro, me gusta ver los comercios, las cafeterías… y es donde más aprendo. Observando el movimiento de las personas, por dónde caminan, en qué se fijan, qué preguntan y cuál es su comportamiento.
Para mi esa frase tan cotidiana de “la calle es la mejor escuela” tiene mucho de cierto.
Como dice Carlos Abadía Jordana en su libro “Soy Consultor (con perdón)” el buen consultor es el que denomina artesanal. Estoy de acuerdo con esta definición que él hace, entendiendo como consultor artesanal, aquel que hace su trabajo implicándose y comprometiéndose con la consulta del cliente.
He conocido algunos consultores, la gran mayoría muy buenos profesionales, pero en un porcentaje elevado y desde mi punto de vista, con utilización abusiva de métodos denominados consulting y con muy pocos componentes artesaning. Suelen cautivar al cliente con estupendas presentaciones en power point, con tablas coloridas, diagramas resumen, árboles de decisión y un sin fin de elementos dinámicos, todos ellos acompañados de la música melódica, de conceptos solo conocidos por ellos.
Si quieren hacer buen marketing, conozcan el mercado y éste se mueve en la calle y ahora también en internet.
Este año impartí clase en el mejor máster que hay en Andalucía (sólo hay este) relacionado con la formación directiva para empresas de economía social.Me correspondía la maravillosa función de tener que explicar la función del marketing en la empresa. Preparé una presentación que me sirviera de apoyo a la transmisión de los conocimientos y que a su vez, me sirviera para que los alumnos no se durmieran durante la clase. Una semana antes de impartirlo, reflexioné sobre el contenido y sobre todo hice una cosa que un consultor artesanal de marketing siempre debe de hacer, preguntar al cliente y no dejarse llevar por sus propios pensamientos.
Después de conseguir la autorización de la dirección del programa, la clase se impartió en la calle. Después de la jornada, los alumnos me dijeron que habían comprendido perfectamente lo que era el marketing y que a partir de ese momento, dejarían parte de su tiempo para salir a la calle a observar lo que quiere el mercado.
Si quieren hacer consultoría en marketing artesaning, les recomiendo que tengan en cuenta estos puntos: