No puede ser, hacemos todo lo que nos comentan desde Europa y los inversores siguen sin confiar en nuestra seriedad en la devolución de nuestra deuda.
La prima de riesgo disparada, la bolsa con movimientos oscilantes que para nada indican confianza, nos cuesta financiarnos más caro que a nadie, en fin
que no puede ser. Intentemos dentro de la multitud de variables que condicionarán esta situación cuales pueden ser las causas.
Es cierto que habrá ciertos intereses particulares que desean crear un ambiente de irregularidad para sacar una tajada económica de los movimientos
especulativos que se pueden realizar si tienes peso económico en determinados momentos, esto es un síntoma externo a la marca España y que difícilmente
podemos atajar, ya que de este tipo de movimientos no se salva ningún país y mucho menos aquellos que los fondos económicos reconocen como débiles.
Busquemos causas internas al síntoma que nos preocupa a todos/as, LA DESCONFIANZA DE LOS MERCADOS. En castellano paladín esto que puede sonar muy
rimbombante no es ni más ni menos que quien tiene dinero para prestarnos y por tanto el pedimos para poder atender nuestras necesidades económicas, no
se fía de que se lo podamos devolver en las condiciones en las que pactamos el préstamo, esto es la desconfianza de los mercados, después puede
añadirle todo los tecnicismos e incluso términos anglosajones que le parezca posible para describir exactamente esto que le comento.
Bien pues en pos de recuperar la confianza de los que prestan dinero, hemos podido aprovechar un rescate bancario desde Europa, donde van a capitalizar
los bancos con fondos para aquellas desviaciones que puedan ocurrir entre pasivos y activos de estos. Esta actuación que per se no se debe tomar como
mala, siempre y cuando se haga en términos de rentabilidad, debería de haber generado una mayor confianza por aquellos que nos podrían prestar dinero.
Sin embargo, cual es nuestra sorpresa, pues no se ha conseguido el pretendido propósito de estabilizar la confianza, la prima de riesgo sigue en ratios
excesivos para el riesgo que supone la inversión (según nosotros claro, el que aporta el dinero no piensa lo mismo), los inversores en las empresas de
la bolsa tampoco se fían de los comportamientos futuros de estas, de si sus cuentas estarán o no maquilladas, el caso de las cajas no han beneficiado
mucho a la imagen de un país serio, por las cuentas irreales aceptadas y por el comportamiento posterior que se ha tenido con los malos gestores, en
fin que siguen si confían en nosotros para invertir en nuestro maravilloso país, nuestra palabra no vale.
Desde el punto de vista de la comunicación y el marketing interpreto que se han realizado algunas actuaciones que en absoluto generan
confianza, no podemos vender imagen de país sin generar confianza, ese es un paradigma que todo buen vendedor sabe, si quieres alcanzar tus objetivos
de ventas, debes tener muy en cuenta que nosotros vendemos pero quien realmente compra es el cliente, y que este toma la decisión de compra cuando está
absolutamente convencido del argumentario de venta utilizado y se confía en la persona que me vende el producto. Por lo tanto la falta de confianza en
nuestro país es el síntoma que apreciamos con nitidez en toda esta situación, es por ello que paso a detallar comportamientos que han ido en contra de
generar confianza en la marca España:
- EUFEMIZACION DE LA SITUACION, cuando estamos pidiendo inversión como se puede utilizar un lenguaje que no refleja la realidad, sino que trata de
condicionar lo que realmente esta pasando, políticamente podría ser una buena decisión, económicamente es un desastre, pero si el objetivo son los
mercados utilice un lenguaje para quien requiere para que deje sus fondos en nuestro país, no sé si servirá de ejemplo pero dígale a alguien que le
deje dinero para solucionar unos problemas epistemológicos y ambiguos que tiene en su familia, que no son importantes pero en su cara muestra
impaciencia, mientras que el inversor observa cómo actúa con decisiones muy duras de reducción de costes, y que cada vez tiene más deudas, sin
previsiones de mas o nuevos ingresos y coméntele que no se preocupe que no tiene problemas en devolvérselo en las condiciones que le indique el
prestador, solo que necesita algo de dinero sin más , usted prestaría su dinero a alguien que plantea esta situación, lo más probable no. Esta
situación un tanto exagerada ¿no tiene pinta de fraude piramidal?, llamemos a las cosas por su nombre suavizar en exceso las circunstancias puede tener
el efecto contrario al que se busca
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La marca España, no se ha trabajado adecuadamente, y es probable que no de ahora o recientemente, sino desde hace mucho tiempo,
pero no es menos cierto que en épocas de conflictos como la que ahora vivimos, podemos reforzar la marca o terminar de hundirla, si no actuamos en
el posicionamiento de la marca, todo lo que hagamos para ganar confianza estará de más, la confianza es el síntoma, nuestra enfermedad está en el
posicionamiento que posee nuestra marca España. Debemos empezar a trabajar una imagen de marca acorde a los retos de país que poseemos
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En términos de comunicación el máximo responsable de solucionar los problemas de España no puede, exclusivamente atendiendo a un
criterio meramente político, articular su agenda según interese a su imagen pública, resultado: su valoración cae al mismo ritmo que crece la prima
de riesgo. Pienso que España tiene un problema económico, no político, centremos las soluciones en las causas reales de la situación. Utilicemos
criterios basados en la base del problema, no de los síntomas
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Se desconfía mucho de personas que dicen una cosa y hacen la contraria, más si no se explica convenientemente el giro de la
decisión. El líder ha de estar presente de cara a los mercados y la ciudadanía para dar las explicaciones que crea conveniente, no puede delegar
esa función, se interpretará como un acto de cobardía o pero aun de incapacidad. De igual manera, delata a muchas personas su gestualidad, donde
sus palabras envían unos mensajes contrapuestos a lo que indican su comunicación no verbal. El solucionador del conflicto ha de dar la cara, ser
coherente en sus decisiones, en sus actuaciones y debe dar la cara en lo bueno y en lo malo para generar una imagen de país solvente
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En una situación de conflicto manifestar un falso liderazgo no compartido (recordemos que el liderazgo lo asigna los
colaboradores, no se impone), no contar con todos los agentes afectados por las crisis, no buscar un consenso en el camino a recorrer, provoca más
desconfianza, mayores conflictos y sobre todo la imagen de alguien que no ha diagnosticado adecuadamente el problema, sin un buen diagnostico es
difícil aportar buenas soluciones. El liderazgo se hace más solvente, eficaz y eficiente cuando se comparte decisiones con todos los implicados en
la solución, la solución de mayor calidad y eficacia
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La imitación no siempre genera buenos resultados, el otro día puede ver cuando se comunica el rescate de los bancos un escenario
absolutamente americano, esa puerta al exterior a contra luz de la aparición del líder que iba a dar las convenientes explicaciones, me recordó a
multitud de conferencias de prensa americanas, no somos EEUU, pero intentar hacer un guiño al niño fuerte de la clase para que vea como le
admiramos, puede tener muchas consecuencias en nuestra búsqueda de recursos económicos, entre ellas que no dotemos de personalidad a nuestra marca
con la consecuente falta de confianza
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En un conflicto de imagen de marca, que en realidad es el trasfondo de nuestra situación, la falta de confianza no puede poner a
diferentes interlocutores a enviar mensajes para mejorar la situación, focalice la comunicación en una sola persona y si puede ser que se
identifique esta como resolutiva y con capacidad de tomar decisiones. Cuantas más personas comuniquen más posibilidades de incoherencia en los
mensajes, más desconfianza.
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En comercialización sabemos que la confianza de los clientes se tarda mucho tiempo en conseguirla y que se pierden en 30 segundos,
por lo tanto todo, absolutamente ha de ir dirigido a generar una marca de mayor peso y mejor posicionamiento de la marca país. Esto que parece una
entelequia no es más que cambien la percepción que los demás tienen de nuestro país, que nos vean de otra manera, que cuando escuchen la palabra
España, aparezcan en sus mentes imágenes diferentes de las que ahora aparecen. Esto requiere COHERENCIA, SABER QUIEN QUEREMOS SER, COMO NOS VEN,
COMO NOS GUSTARIA QUE NOS VIESEN, CONTROLAR LOS MENSAJES, ESTABLECER UN PLAN DE ACTUACION , ETC., creo que no preocupa mucho estos aspectos
estratégicos en la resolución de esta crisis, insisto actuar sobre el síntoma no cura la enfermedad, estamos tardando en empezar a profesionalizar
la imagen de España, abusando en exceso de la improvisación, el principal enemigo del branding
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Por último no intente convencer a los clientes de una cosa y de la contraria a sus acreedores, eso suele dar mala imagen, genera
desconfianza. No intente vender como éxito lo que es un fracaso, no trate a sus clientes como incapaces de discernir lo real de lo que nos gustaría
que fuese. La verdad puede ser dura pero siempre será más rentable que la mentira, ya que esta se puede interpretar como un ataque a la dignidad de
las personas. Al cliente como lo trates inadecuadamente y no lo convenzas quizás no te compre, como perciba que lo engañas, te hundirá
En definitiva el problema no es que no confíen en nosotros, el problema es que la imagen que poseen los inversores de España no es la adecuada, por lo
tanto estamos ante un problema que se soluciona a medio y largo plazo, con un reposicionamiento premeditado de la marca España que debe empezar, ahora
mismo. A corto hay que empezar a tomar decisiones que apoyen la imagen del país que queremos ser y ser consecuente con esas decisiones para que nos
crean, actuar desde un criterio de seriedad, compromiso, unión, capacidad y coherencia. La imagen de marca de España tiene que reposicionarse para
acometer los retos que debe acometer, todos los que rehúyan de esta misión estarán faltando a las verdaderas necesidades de nuestro país y de nuestros
ciudadanos. Por lo tanto, no es cuestión de dinero, es cuestión de que confíen en nosotros como país , y para ello a los inversores, España tiene que
proporcionarle otras sensaciones a las que ahora desprendemos, se trata de proyectar una imagen de solvencia que genere confianza. Arduo e
irrenunciable trabajo .