Por Redacción - 10 Septiembre 2013
Marca España y la imagen de Madrid, así como la de los representantes que defendieron la candidatura en Buenos Aires, ha sufrido un fuerte revés tras la decisión de convertir a Tokio en Ciudad Olímpica.
El mensaje de austeridad en tiempos de desaceleración y crisis económica y el planteamiento de unos Juegos Olímpicos low- cost no ha tenido el calado esperado. La reducción de los recursos destinados a la comunicación de Madrid 2020 como Ciudad Olímpica ha hecho mella en la candidatura, que no cumplió las expectativas deseadas transmitiendo una imagen poco internacional de la Marca España.
La comunicación, un valor imprescindible en el que no debemos escatimar
El director de la consultora NewCom Comunicación, el periodista ganador de tres premios Emmy Miguel Ángel Rodríguez Caveda, explica que “a pesar de los puntos fuertes que presentaba la candidatura de Madrid 2020, como la austeridad en el presupuesto y el gran número de instalaciones ya terminadas, el departamento de comunicación de Madrid 2020 no ha conseguido elaborar una estrategia de marketing que conectara verdaderamente con los miembros del COI”.
“La reducción de los recursos destinados a la comunicación en una cita deportiva de estas características no ha permitido una mayor difusión de los puntos fuertes de la candidatura; el entusiasmo de los madrileños se ha convertido en el mejor altavoz, pero no ha sido suficiente”, remarca Rodríguez Caveda.
“Parece ser que finalmente, la incertidumbre económica que asola nuestro país ha eclipsado el proyecto de Madrid 2020, una candidatura que a pesar de haber tenido carencias en su difusión pública se erigió como falsa favorita en las apuestas gracias al apoyo popular” sentencia el director de NewCom Comunicación.
Internacionalización de la Marca España
En un momento en el que la situación económica afecta a la Marca España, los Juegos Olímpicos son la oportunidad perfecta para atraer inversores y transmitir una imagen de fiabilidad y eficiencia.
En citas de alto nivel, como la de Buenos Aires, no se debe dejar nada a la improvisación y la comunicación debe estar adaptada en todo momento a las circunstancias. “En este caso, se ha basado la comunicación en deseos y no en realidades, creando expectativas y generando estados de ánimo que incitaban al optimismo cando no se tenía nada por seguro”.
Rodríguez Caveda sentencia que “la ambigüedad en los mensajes transmitidos, como centrarse en dar por hecho que ‘a la tercera va la vencida’ en vez de apoyar de modo pragmático la consecución de los Juegos, o presumir de unos juegos low-cost cuando esto puede suponer el encubrimiento de falta de presupuesto, no supone un impulso para la Marca España”.
“El hecho de que en un futuro Madrid fuese la organizadora de unos Juegos Olímpicos aumentaría la confianza y optimismo entre los ciudadanos lo que supondría un balón de oxígeno para las instituciones y la imagen de la Marca España fuera de nuestras fronteras”, reflexiona el periodista español.