A veces me han preguntado sobre las cualidades que debe tener un buen consultor de comunicación ya sea como profesional independiente o como parte del
equipo de una agencia de comunicación. He aquí algunos puntos útiles que creo que deben ser parte de su personalidad y de su profesionalidad:
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El buen consultor es apasionado y resiste el estrés: Si pudiéramos definir al consultor de comunicación perfecto, diría que es
aquel que en su personalidad se aúnan varias características, pero de ellas dos son básicas: la pasión por su trabajo y la resistencia al estrés
pues si no es un apasionado de su trabajo será difícil que pueda resistir los momentos de estrés que serán muchos a lo largo de tu trayectoria
profesional.
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El buen consultor es curioso: Otra cualidad de vital importancia es su interés por el continuo aprendizaje y temas nuevos. Con
cada cliente nuevo se abre un mundo de posibilidades, formas y métodos de trabajo. Cada cliente es distinto y cuando se empieza a trabajar con cada
uno de ellos se debe aprender no sólo todo sobre su empresa, sino también sobre su sector y, más pormenorizadamente, sobre su actividad. La
capacidad de adaptación por tanto a cualquier sector es fundamental en cualquier consultor puesto que un día puedes ser responsable de comunicación
de una cuenta de informática o telecomunicaciones y al otro de una compañía energética, moda o incluso de una ONG.
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El buen consultor es periodista pero también vendedor: Un buen consultor de comunicación además debe ser periodista para saber
detectar lo que puede ser noticiable en cada información, pero también debe ser un buen vendedor (y esto no es nada fácil) para hacer llegar esa
noticia a los medios.
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El buen consultor no solo ejecuta sino también es decisor: De cara al cliente, lejos de ser un mero ejecutor de sus instrucciones,
pensamos que teniendo en cuenta siempre los deseos del cliente, el consultor debe asesorarle en cuál es la mejor estrategia a seguir para conseguir
los mejores resultados. El cliente siempre sabe qué quiere comunicar, pero como consultor de comunicación debemos ayudarle a saber "cómo"
comunicarlo. Por tanto, el consultor de comunicación perfecto debe hacer valer su opinión ante los máximos responsables de la firma transmitiendo
con coherencia sus mensajes, pero también sabiendo acatar lo que finalmente haya decidido el cliente.
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El buen consultor es empático: La empatía debe ser otro de sus puntos fuertes, de hecho, sobre todo en las pymes, los consultores
llegan a ser con el paso del tiempo la mano derecha de sus clientes lo que conlleva a un entendimiento mutuo que facilita el trabajo del consultor
logrando con ello mejores resultados.
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El buen consultor es creativo: La creatividad debe ser otra de sus cualidades, para no dejarse llevar por la rutina, aportar ideas
frescas y estar preparado para hacer frente a cualquier imprevisto, así como no ser conformista intentando siempre superar los objetivos
estipulados.
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El buen consultor cuida a sus contactos tanto o igual como a sus clientes: Otro factor importante es saber cuidar y mantener a sus
contactos profesionales con su profesionalidad y buen hacer. Los contactos son imprescindibles para cualquier consultor por tanto debe tratar a los
medios de comunicación como si fueran sus clientes porque indirectamente se les debe considerar también así.
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El buen consultor es respetuoso con su competencia: Nunca desprecia, ridiculiza, ni humilla a la competencia, por encima de todo,
respeta a los demás y sabe aprender de los competidores.
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El buen consultor está siempre informado sobre su cliente: Desde primera hora debe interesarse por conocer las apariciones de sus
clientes en los medios, ver los temas de actualidad explotables y analizar cómo poder sacar partido de ello con las declaraciones de su cliente,
entrevistas en la que puede ofrecer su opinión o realizar algún artículo de opinión para posicionarlo como líder o referente.
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El buen consultor debe saber analizar y aceptar los resultados obtenidos de las acciones realizadas: Debe aceptar con humildad los
halagos de sus clientes pero de igual modo debe asumir los fallos cometidos con el fin de corregir o modificar la estrategia de comunicación para
conseguir los mejores resultados.