Por Redacción - 20 Junio 2017
Las notas de prensa son una de las herramientas fundamentales que las marcas y las empresas emplean para llegar a los periodistas. Con ellas, les presentan sus productos, sus servicios, sus novedades o todas aquellas "oportunidades de noticia" que están interesados en lograr que lleguen a los medios. Para los periodistas, las notas de prensa son una fuente de información recurrente, una de las vías posibles para descubrir contenidos interesantes.
Para los primeros, por tanto, son una de las herramientas clásicas para entrar en la agenda informativa, convertirse en noticia y llegar de forma orgánica a los consumidores. Para los segundos, las notas de prensa les ayudan a simplificar su día a día y a encontrar los contenidos que necesitan.
Esta sinergia lleva años funcionando, décadas incluso. La historia de las notas de prensa es bastante larga. Pero, a pesar de ello, las notas de prensa siguen protagonizando prácticas no muy positivas, errores que ponen en peligro su eficacia y que hacen que los periodistas no reaccionen ante ellas como deberían. Son errores que hacen que muchas veces la información se quede a las puertas del medio o que directamente vaya a parar a la papelera de reciclaje, muchas veces sin ni siquiera haber sido leída.
¿Alguien prefiere recibir sus notas de prensa en pdf? No hemos hecho una encuesta a lo grande y por tanto no podemos afirmar o negar nada en relación a la pregunta, aunque los periodistas con los que hemos hablado de forma espontánea tienen claro que el pdf es un formato casi maldito para recibir la información. Trabajar con él es muy difícil y permite muy pocas cosas. No es que quieran simplemente hacer corta-pega (aunque con algunas informaciones, como pueden ser bases de concursos o recetas, el corta-pega es casi obligatorio), pero trabajar con un pdf obliga a tener que hacer muchas veces un trabajo extra. Añadir un documento que se pueda trabajar en un procesador de textos no cuesta nada y simplifica el trabajo del periodista.
Una de las estrategias de los niños es la de romper el aguante de sus padres siendo brutalmente pesados. Todos lo hemos visto alguna vez en un supermercado: el niño insiste en me lo compras, no deja el tema ni por asomo y solo para cuando sus padres han metido en el carrito (posiblemente echando humo por las orejas) el producto que querían. No es un ejemplo a seguir para las notas de prensa. Los padres no pueden enviar a sus hijos a la papelera de reciclaje de su mail (y a pesar de lo hartos que estarán de los cereales de aquel personaje de dibujos es casi seguro que no lo quieran hacer). Los periodistas sí pueden hacerlo. De hecho, es lo que acaban haciendo cuando reciben la misma nota de prensa 20 veces en una semana sin ninguna justificación.
De hecho, recibir lo mismo una y otra vez no solo resulta pesado, sino hasta inquietante. Todos hemos tenido una nota de prensa que parece un muerto viviente en nuestra bandeja de entrada: cada vez que la borramos vuelve a aparecer como por arte de magia…
O lo que es lo mismo: no mandes solo una nota de prensa, manda también material audiovisual para acompañarla. Las noticias se suelen publicar casi siempre acompañadas por fotografías y los periodistas, especialmente cuando es una información que escriben rápido partiendo de notas de prensa, no suelen tener tiempo para buscar fotos que la ilustren.
"No me gustan los que parecen compañías secretas", apunta una periodista cuando se le pregunta por las prácticas que más le molestan en las notas de prensa. Y cuando explica a qué se refiere queda claro qué quiere decir y por qué es un error de las marcas y las empresas caer en esta práctica. Los periodistas necesitan muchas veces conseguir más información (o simplemente comprobar qué empresa es quienes han mandado la nota de prensa y si es realmente sólida y solvente), por lo que necesitan que haya un canal de comunicación eficiente. Esto es, la nota de prensa tiene que mostrar claramente datos de contacto que permitan hablar directamente con la compañía (un mail operativo y un teléfono directo son fundamentales).
Algo similar ocurre también, por así decirlo, a la inversa: en la página corporativa de la empresa tiene que aparecer claramente cómo puede conectar la prensa con la compañía. Nada es más frustrante que recorrerse la página de la compañía buscando datos de contacto y no encontrar más que un mail genérico que el periodista sabe que nadie contestará nunca o lo hará tarde.
Muy frustrante es también cuando el mail desde el que se manda la nota de prensa no es un mail real de contacto, lo que hace que si se responde a ese envío no se llegue a nadie.
Y muy ligado al anterior último punto se podría posicionar una herramienta que bien empleada podría dar buenos resultados, pero que mal usada (como suele ser habitual) no los da e incluso resulta contraproducente. Alguna vez, hablando con colegas de la profesión, alguien ha señalado que las notas de prensa que llegan por esta vía suelen dar una impresión más pobre, como si no tuviesen el interés por conectar con la prensa. Hablamos en este caso de los sistemas masivos de envíos de notas de prensa.
Cualquiera con conexión a internet y un buscador puede encontrar ejemplos. No son agencias, no son freelances expertos en comunicación: son servicios que ofrecen bases de datos masivas, a veces incluso una o dos publicaciones aseguradas y el envío general de notas de prensa a muchísimos medios y todo a un precio low cost. Más allá de que cuando no hay un trato cercano con los medios (y en esto no es el caso) es más difícil llegar realmente a ellos, los envíos masivos tienen otros problemas. Las marcas y las empresas que los emplean quedan desdibujadas entre las demás que las emplean y perdidas en la bandeja de entrada y, además, muchas veces este tipo de envíos resultan bastante frustrantes para los periodistas que los reciben (y no solo porque en ciertas ocasiones parezcan spam). Por poner un caso en primera persona: vía uno de esos servicios recibí una nota de prensa que me pareció interesante, pero era imposible encontrar en ella información de contacto con quienes estaban detrás de la información.
O casi una nueva edición del fallo de "cualquiera puede escribir". Buena gramática, buena ortografía y una redacción lógica y coherente son el mínimo que se debe exigir a una nota de prensa. Tiene que dejar claro qué se quiere contar y por qué, al tiempo que debe evitar cualquiera duda sobre las razones que hacen que esa información sea relevante. Igualmente, tiene que estar bien presentada y de forma profesional. El periodista no es tu amigo del alma para que le mandes un mail contándole tus novedades similar al que le mandarías a tu primo contándole las vacaciones.
En la lista de lo bien escrito también hay otro elemento importante: si la compañía es una multinacional o tiene su origen en otro país y la nota de prensa es una traducción al castellano de la original, tiene que estar bien traducida. Es crucial y decisivo. Por muy explicable que pueda parecer (por ejemplo, no es difícil cruzarse en alguna ocasión con alguna nota de prensa que ha caído en el "falso amigo" que es la palabra billion traduciendo desde el inglés), no es aceptable en absoluto. Si el periodista tiene que ir a la fuente original a confirmar lo que le has mandado, malo: lo más probable es que tu nota de prensa acabe en la papelera de reciclaje.
La nota de prensa tiene que estar en sintonía no solo con la estrategia de la empresa sino también con el lenguaje de la misma. No se puede decir una cosa en el blog corporativo y otra en la nota de prensa y no se puede defender en un lado una posición y en otra otro. Esto resulta bastante lógico. La coherencia no solo debe aplicarse al contenido, sino también al continente. Si se usan ciertos términos en un espacio, hay que usarlos también en otro. Por ejemplo, para las empresas de tecnología, que tienen que adaptar terminología del inglés, no se puede emplear en un espacio una versión y en otro otra.