Por Redacción - 5 Julio 2017
No es realmente una afirmación nueva: los blogs se están muriendo, o eso es lo que se lleva adelantando desde que aparecieron las redes sociales hace unos cuantos años. A medida que aparecieron esos nuevos canales de comunicación, los blogs empezaron a ser mucho menos relevantes, como algunos de los servicios que nacieron y se desarrollaron en esa época. Al fin y al cabo, ¿quién siguió usando Fotolog más allá de su pequeño momento de gloria una década más atrás?
Pero igual que llevamos años y se podría decir ya que una década escuchando que los blogs han muerto o que lo van a hacer, también llevamos ese mismo tiempo viendo cómo siguen existiendo y cómo siguen teniendo defensores. Por tanto, ¿qué se puede concluir? ¿Están realmente los blogs en pleno proceso de muerte o en realidad es este uno más de esos debates que nunca llegarán a ningún lugar?
Quizás los defensores de la muerte del blog tengan un nuevo argumento. Más allá de que al final las redes sociales están cubriendo lo que los blogs estaban haciendo en su momento (quien se abrió un blog allá por más o menos 2000, año arriba año abajo, bien sabe que para lo que se empleaban era para contar la vida, a lo diario, que es lo que ahora se hace actualización de Instagram y Facebook mediante), quienes se estaban resistiendo con ellos han empezado a cortar el grifo.
Las empresas y las marcas tenían sus propios blogs para contar sus historias y siguen teniéndolos, aunque ahora su estrategia de contenidos es mucho más compleja y tiene muchas más patas. Los medios de comunicación, que empleaban los blogs para tocar ciertos temas y generar cierto engagement con sus seguidores/lectores, han empezado a finiquitar esa posición y a apostar por otro tipo de vías para compartir contenidos.
Cierre de blogs
The Wall Street Journal acaba de anunciar que cierra 8 de sus blogs, blogs que cubrían temas de lo más variado (desde economía de China a cultura) porque, según apuntan, a partir de ahora seguirán cubriendo esas áreas temáticas pero lo harán de otra manera. Esto es: la nueva estrategia de la compañía no encaja con el universo de los blogs y la "vida moderna" los ha dejado desfasados.
Ellos tampoco son los únicos que están cerrando blogs. The New York Times cerró uno de sus blogs hace unos años y cuando, lo hizo, habló de que se estaban enfrentando a una "industria diferente" a la que imperaba cuando había nacido y también de la "era post-blog".
Y si a eso se suma que no hay más que observar algunos de los movimientos que han hecho algunos de los medios más cercanos, convirtiendo blogs en secciones o "submedios" o lanzando ya con ese look and feel las nuevas apuestas con las que quería llegar a los lectores (cuando años atrás hubiesen apostado directamente por el blog) se puede ver la foto completa.
El boom de los vlogs
Y a eso se suma que no solo el mundo de los blogs ha perdido fuelle, sino también que han aparecido nuevos formatos que han comido su territorio y que han logrado además unas mejores sinergias con los nuevos espacios dominantes, como son las redes sociales.
Es el caso de los vlogs, o video blogs, como también son conocidos, que se han convertido en el formato alternativo y con más tirón que la palabra escrita. Si el adolescente de 2002 se abría un blog para contar su vida y sus problemas, el de 2017 se abriría, en todo caso, un perfil en YouTube para compartir toda esa información. Y puede que los adolescentes de 2002 soñasen con ser bloggers: ahora quieren ser estrellas de YouTube.
Los vlogs funcionan (y no lo hacen solo entre esos usuarios, sino entre todos los nichos de mercado) porque logran conectar con los internautas allí donde ellos buscan contenidos. En un escenario en el que el vídeo es cada vez más popular y cada vez tiene más tirón, los vlogs encajan perfectamente con los requisitos para triunfar.
La cuestión es si, en medio de todo este mundo de los vlogs y en ese espacio en el que las redes sociales parecen haberles comido su territorio, los blogs lograrán encontrar su nuevo sentido.
