Por Redacción - 3 Noviembre 2017
Una de las cosas de las que siempre se acaba hablando cuando se analiza la importancia del marketing de contenidos es el storytelling. Es uno de esos términos de moda cuando se habla de cómo se deben crear los contenidos, aunque en realidad su uso y su buena aplicación son importantes en el marketing y la publicidad en general. Dado que las marcas siempre están contando algo, siempre tienen que tener en mente las normas del buen storytelling.
Pero ¿por qué es importante el storytelling y por qué no debería nunca ser descuidado? No se trata de una cuestión de moda ni de seguir lo que parece que todo el mundo está recomendando, sino casi más bien de una cuestión de supervivencia. El storytelling tiene amplios beneficios y las marcas y empresas que han logrado comprenderlo cuentan con un punto de partida mucho más positivo que las de aquellas que no acaban de verlo.
En el mercado en el que se mueven las empresas y en el que tienen que compartir sus mensajes, cada vez hay más elementos compitiendo por la atención de los consumidores. Las marcas y las compañías tienen que competir con cada vez más estímulos. En definitiva, cada vez hay más ruido de fondo, un ruido sobre el que además es cada vez más complicado sobresalir. Se necesita presentar algo mucho más atractivo que la media, algo que sobresalga por encima de todo lo que se está compartiendo. Una historia bien narrada, un mensaje que tiene unas buenas fundaciones, ayuda a lograrlo.
Pero lo cierto es que no solo consigue que el mensaje sobresalga en medio de muchos otros mensajes similares o que el consumidor le dedique un poco más de tiempo, sino que el buen storytelling tiene un efecto directo sobre la atención general. Esto es, el consumidor se quedará más tiempo con esa historia y lo hará además con mayor calidad.
No hay más que pensar en lo que ocurre con los niños, un público con el que resulta muy difícil mantener la atención. Lo más habitual es que muestren un poco de interés al principio, pero que pronto salten a otra cosa. Sin embargo, cuando se enfrentan a algo bien narrado y construido, cuando lo que tienen al otro lado tiene un buen storytelling, quedan atrapados. El mismo principio ocurre cuando se analiza cómo reaccionan los consumidores ante los mensajes.
Como demuestran los estudios, el storytelling tiene un efecto directo sobre la actividad cerebral. Cambia nuestra atención, pero también nuestra memoria. Esto ocurre porque nuestro cerebro responde de un modo diferente. "La gente necesita perderse en la historia que están viendo para que sus actitudes y sus intenciones cambien acorde a lo que la historia refleja", explicaba un experto al hilo de un estudio sobre la cuestión.
Esto para las marcas es muy importante, ya que entrar en la memoria de los consumidores es muy difícil. Lo habitual es que los mensajes que estas emiten entren en nuestra memoria a corto plazo pero que nunca crucen a la a largo plazo, lo que es un problema (lo que tenemos en la memoria a corto lo borramos rápidamente y no lo conservamos como hacemos con la memoria a largo plazo).
Cualquiera que de pequeño haya visto Érase una vez la vida comprenderá muy bien la esencia de este punto. Puede que en sus clases de Naturales o de Conocimiento del Medio les explicasen lo mismo, pero lo más probable es que ahora recuerde cómo funciona el sistema inmunológico gracias a lo que vio en aquella serie de dibujos animados. ¿Por qué? El contenido de base era el mismo, pero la narración era diferente. La serie tenía unos personajes con los que establecer empatía y, sobre todo, un mucho mejor storytelling que el temario. Uno era una historia que queríamos escuchar y recibir, lo otro era visto como una obligación un tanto aburrida.
Además, un buen storytelling no solo hace que el mensaje nos resulte más atractivo y más entretenido, sino que hace también que nos parezca algo más. Una buena historia nos permite establecer vínculos emocionales. Como ocurría con Érase una vez la vida, en la que empatizábamos con la épica de los personajes, en las historias que están bien narradas vamos sintiendo diferentes emociones acorde con lo que se nos está narrando. Por eso, un buen storytelling también ayuda a reforzar elementos destacados que las marcas y las empresas quieren destacar ante los consumidores. Por ejemplo, en la era en la que las marcas tienen que tener un objetivo, un fin, el storytelling puede ayudar a dejar claro a los consumidores no solo cuál es este sino también a que conecten con ello.