Por Redacción - 2 Julio 2020

Cuando arrancó la crisis del coronavirus, las mascarillas como producto de marca parecían algo remoto y hasta de mal gusto. Asos, el gigante de la moda online, lanzó, de hecho, mascarillas y fue duramente criticado por ello. Unas semanas más tarde, las mascarillas de marca estaban lejos de ser una cuestión de mal gusto. Se habían convertido en un elemento emergente, claro que con un giro.

Varias marcas de primera línea, desde Disney a la NBA, habían lanzado mascarillas de marca, que incluían sus personajes o sus logos y con los que querían llegar al público. Las mascarillas se vendían, pero no como un producto más de la oferta de marca de esas compañías. Detrás de ellas, había un objetivo solidario. Las de Disney iban a reportar beneficios para una ONG.

No muchas semanas más tarde, el boom de las mascarillas de marca era incuestionable. Igual que habían empezado a vender mascarillas de tela en prácticamente cualquier esquina, las marcas habían comenzado a normalizar el vender mascarillas y el lanzarlas.

Las cadenas de supermercados vendían mascarillas con la idea de hacerlas accesibles y fácilmente comprables, pero también las ofrecían los gigantes de la moda. Mango, por ejemplo, lanzó una colección de mascarillas higiénicas. Y, por supuesto, las mascarillas se convirtieron en un producto de merchandising. Los equipos de fútbol lanzaron sus propias colecciones.

--- Regístrate o accede como usuario para disfrutar del acceso ilimitado a todos nuestros contenidos ---

Más Leídos
Continua Leyendo...
Contenidos Patrocinados
ADS
Promocionados