Por Redacción - 10 Febrero 2010
El Marketing Viral como estrategia para captar la atención y generar expectación ha proliferado convirtiéndose en una tendencia en auge ya habitual. Sin embargo más allá de su base fundamental como reclamo publicitario surge un nuevo aspecto asociado a este tipo de acciones que podrían derivar en efectos colaterales inesperados.
Internet ha sido sin duda un "medio conductor" ideal para la propagación de este tipo de campañas, mensajesy acciones virales que en ocasiones han pasado de la expectación y revueloa laalarma social e incluso a convertirse en una verdadera "preocupación" transitoria. Y decimos transitoria por que finalmente, siempre se descubrensus estresijos, objetivos y la verdadera finalidad de las mismas. Pero hasta entonces, sus efectos mantienen el "caos" en forma de una "transmisión vírica" que en ocasiones se propaga de forma rápida e imparable.
El objetivofundamentalparacausar expectación requiere sin duda que el mensaje viralreuna algunoselementos indispensables.Entre ellos los aspectos que conllevan a despertarnuestroverdadero interés y todo tipo de sentimientos atraídos por un falso echo o acontecimiento insólito o expectante.
No están escritas ni definidas las barrerasmorales ni loslímites que no deberían sobrepasarse cuando se pretende generar esa gran expectación recurriendo al marketing viral. Sin embargo en ocasiones,los efectos generados han provocado verdaderas psicosis y pánicos inducidos con mensajes y acciones que han superado la verdadera realidad atacando directamente a la conciencia colectiva.
La primera evidencia de ello se remonta hasta elaño 1938, cuandoOrson Wells transmitió por radio la noticia de una supuesta invasión alienígena, que en realidad correspondía a la narración de una adaptación de La Guerra de los Mundos, queprovocóun verdadero pánico entre más deun millónde personas.
Décadas más tarde, un 17 de noviembre del 2009 otrocaso similar se producía en Italia tras la divulgación por parte de algunos medios de la aparición de un OVNI sobrevolando la localidad de Cagliari, provocando el pánico entre más de 2000 personas y lo más curioso, detectándose más de 70 casos de personas que asegurabanhaber sidotestigos de aquel "suceso inexistente" que finalmente correspodió a una agresiva campaña de marketing viral.
De forma similar, saltaba a la palestra de los medios informativos el testimonio de una embarcación gallega que logro la filmación de un supuesto OVNI en alta mar. El video generó sin lugar a dudas ungran revuelo y expetación debido en parte a su difusión como un verdaderosuceso que finalmente fue desmentido, explicando sus entresijos y producción.
Lasfórmulas para generar este tipo de efectos son múltiples y no se reducen a la simple difusión de mensajes radiofónicos o grabaciones de video. En E.E.UU, el pasado año 2009, los responsables de la promoción del film "Distrito 9" idearon una campaña viral totalmente insólitae innovadora que consitió en la distribución y colocación de carteles que advertían de la presencia de alienígenas, reclamando la denuncia de indicios o sospechas por parte de los humanos. Tras este "llamamiento popular", se recibieronmás de33.000 llamadas y más de 2.500 mensajes alertando de la presenciade este tipo de seres.
Cada uno de estos casosno dejan de ser merosejemplosque demuentran el verdadero potencial e impacto que puede llegar a generarse a través de las acciones demarketing viral bien elaboradas y planificadas.
Ante ello solo podemos recomendarle que controle su pánico y expectación, y como bien decía el popular mago mentalista Anthony Blake, "Recuerden... no le den más vueltas, todo lo que han visto, ha sido producto de su imaginación".